Soy el rey del tablero, he ganado al Parchís una vez y dos a la Oca. ¡¡Soy el Rey!! Aunque eso pueda significar estar destinado a vestir de negro, ser un solitario y rodearme de gatos hasta el fin de mis días. Siempre he sido afortunado en el juego, con lo que... En fin, lo llevaré lo mejor que pueda.
Creo que voy a empezar a jugar a la lotería, a ver si suena la flauta. Ya que, por lo visto, mi vida amorosa no será como esperaba, por lo menos me saldrán los billetes -y los gatos- por las orejas. Al menos así conseguiré que las rubias neumáticas de la Playboy se interesen por mí -dinero-. No será amor pero me daré por satisfecho.
Claro que los refranes no siempre se cumplen y, hace años, una gitana me leyó la mano y me dijo que todo sería bonito, que siempre tendría salud, dinero y amor. Yo creo en la gitana, confío en ella. Las gitanas nunca se equivocan.
domingo, 31 de enero de 2010
sábado, 30 de enero de 2010
¡¡13 de febrero, concierto Tiger & Milk en Madrid!!
viernes, 29 de enero de 2010
Buscando la suerte desesperadamente
Hoy he desayunado y he terminado el paquete de galletas. He hecho una bola con el envoltorio y me he dicho para mis adentros: "si la tiro y la meto en el cubo de basura, hoy será mi día de suerte, hoy me pasará algo grande".
Lo he tirado y os juro que casi entra, casi... pero ha golpeado contra el borde y ha caido fuera.
No podía permitirlo, así que me he dado una segunda oportunidad: "la primera siempre es de prueba, todo el mundo lo sabe. La segunda es la que vale".
Otra vez el borde, maldito borde. No iba a darme por vencido.
"Bueno, sin drama, a la tercera va la vencida, siempre ha sido así".
La dichosa bolita ha dado otra vez en el canto del cubo de basura y caido fuera. La jodida se ha colado debajo del mueble y no he podido alcanzarla.
Ahora pienso pasarme todo el día encerrado en mi cuarto, metido debajo del edredón, con la puerta cerrada y sin contestar el teléfono.
Esto no puede significar nada bueno.
Lo he tirado y os juro que casi entra, casi... pero ha golpeado contra el borde y ha caido fuera.
No podía permitirlo, así que me he dado una segunda oportunidad: "la primera siempre es de prueba, todo el mundo lo sabe. La segunda es la que vale".
Otra vez el borde, maldito borde. No iba a darme por vencido.
"Bueno, sin drama, a la tercera va la vencida, siempre ha sido así".
La dichosa bolita ha dado otra vez en el canto del cubo de basura y caido fuera. La jodida se ha colado debajo del mueble y no he podido alcanzarla.
Ahora pienso pasarme todo el día encerrado en mi cuarto, metido debajo del edredón, con la puerta cerrada y sin contestar el teléfono.
Esto no puede significar nada bueno.
martes, 26 de enero de 2010
lunes, 25 de enero de 2010
domingo, 24 de enero de 2010
Ilusión
Según la primera acepción de la Real Academia de la Lengua, "Ilusión" es "concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por el engaño de los sentidos". Me engañaron los sentidos o me engañaste tú. Claro que la segunda acepción es "esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo", aunque creo que me quedo con la cuarta: "ironía viva y picante". Tú puedes quedarte con la que más te guste. Total... todo es mentira... o ilusión. Irónica ilusión, más bien.
sábado, 23 de enero de 2010
Qué somos
Viendo ayer un documental sobre el nazismo volvieron mis temores infantiles a que una guerra me dejara atrapado en un lugar lejano a mi familia, a que esa misma guerra nos dejara a todos juntos en el mismo gueto, a que la contienda me hiciera ver sufrir a los míos y yo no pudiera hacer nada. Volvió mi miedo al ser humano. Miedo a todos los Hitler que se esconden bajo esa apariencia de mosquito muerto, de mediocridad, de ego infinito. Cómo es posible tanta maldad, tanta locura. Pienso que todos estamos preparados para matar, para acabar con la vida de alguien sin dudarlo un instante. Hace tiempo que dejé de pensar que los torturadores estén locos. La maldad existe, el ser humano... me da miedo.
viernes, 22 de enero de 2010
Donde viven los monstruos
Hay que darse prisa para ver la última joya de Spike Jonze en pantalla grande porque supongo que ya no quedarán muchos cines en los que la mantengan en cartel... y es una de esas películas que nadie debería perderse. Nadie que haya sido niño, nadie que se sienta incomprendido a veces, nadie que dé importancia a esas pequeñas cosas que nadie valora.
No es una película para niños. Me sorprende que alguien, que Jonze, recuerde tanto de su infancia. A mí me hizo volver, bucear... adentrarme en mi niño Ramón, pero también en lo que soy ahora, no tan diferente de Carol, en busca de imposibles, incomprendido hasta el límite pero, en el fondo, querido y hasta entrañable. A veces Carol, a veces KW, otras Douglas, Judith, Ira, Alexander... Max.
Curiosamente, justo antes de ver esta película había visto Cómo ser John Malkovich. He decidido que Catherine Keener me gusta, gran actriz, gran mujer. Y el niño, Max Records, que lleva todo el peso de la película enfundado en su traje de niño perdido. Qué decir de los monstruos.
Nunca hemos dejado de ser monstruos. Nunca hemos dejado de verlos.
No es una película para niños. Me sorprende que alguien, que Jonze, recuerde tanto de su infancia. A mí me hizo volver, bucear... adentrarme en mi niño Ramón, pero también en lo que soy ahora, no tan diferente de Carol, en busca de imposibles, incomprendido hasta el límite pero, en el fondo, querido y hasta entrañable. A veces Carol, a veces KW, otras Douglas, Judith, Ira, Alexander... Max.
Curiosamente, justo antes de ver esta película había visto Cómo ser John Malkovich. He decidido que Catherine Keener me gusta, gran actriz, gran mujer. Y el niño, Max Records, que lleva todo el peso de la película enfundado en su traje de niño perdido. Qué decir de los monstruos.
Nunca hemos dejado de ser monstruos. Nunca hemos dejado de verlos.
jueves, 21 de enero de 2010
Celda 211 (Dios salve a Luir Tosar)
Este tipo tiene ángel. Son esos ojos que le dan ese aire tan confuso. Tan pronto violento como entrañable, inteligente, límite... Son sus ojos y su voz. Luis Tosar está impresionante, el alma de la película.
Últimamente huyo de las películas españolas. Siempre tropiezo con algún ex-Al Salir de Clase que faltó a todas sus clases de interpretación, siempre los mismos actores a medio hacer.
En contra de lo esperado, Celda 211 me hizo reconciliarme con el cine español. Gracias Luis, pero no sólo él. Grande Carlos Bardem, a quien cuesta reconocer, a quien da hasta miedo mirarle. Buen papel el suyo. Hasta Resines cumplió con lo suyo, claro que no se coronó pero a él qué más le da. Sorpresa la de Alberto Ammann, buen actor que, a falta de una vuelta más, salió airoso y con buena nota en un mano a mano con uno de los grandes.
Una película sobre la lealtad, sobre los límites del ser humano, sobre la dignidad y el engaño. Para ver en el cine.
miércoles, 20 de enero de 2010
Sí a las denominaciones de origen
Ésta es la típica broma que gastan aquellos que la han sufrido y, callados como putas, esperan ver la reacción, guardando el secreto. El curry es indio, o pakistaní... puede que bengalí e incluso podría ser malayo. ¿!¿!Pero marroquí?!!? Amo el curry en todas sus variantes y reniego del curry marroquí. Si tuviera una Guía Michelín del Curry, el marroquí estaría en las hojas destinadas a limpiarse el culo con ellas, con menos 1000 estrellas.
Llevo tres semanas oliendo el maldito curry marroquí en mi armario y era feliz esperando ese momento en que fuera especial abrirlo y probarlo. Hoy era ese día. El pollo al curry, mi plato estrella, uno de mis platos favoritos. Todos los ingredientes al "plop, plop", preparándose para ser bautizados con ese "maravilloso" curry y yo salivando mientras pensaba en él.
Una vez listo, he añadido el curry, me había quedado como a mí me gusta, ni muy líquido ni demasiado seco... en su punto, con sus pasas, su piña... mi boca se estaba empezando a hacer agua. He soñado con ese curry durante las últimas tres semanas y cada día aspiraba el olor que desprendía.
Hoy he despertado de ese sueño. Su aroma me tenía hipnotizado y hoy he despertado. Nunca más confiaré en los olores, ni del curry ni de nadie.
Primer tenedor y un sabor asqueroso ha invadido mis pupilas gustativas. Sí, lo voy a decir, era ese mismo regusto que te queda cuando acabas de devolver. Pensé que era una broma, porque el curry era un regalo... por un momento pensé que me la habías jugado pero no era así. ¿Será que tú también probaste el curry marroquí cuando fuiste a Marruecos?
Buscaré un buen regalo para "agradecerte" el tuyo, puede que una botella de aceite de Finlandia o un queso feta traido directamente desde Cuba. Lo pensaré pequeño :-) (por unas semanas me hiciste feliz, eso te lo concedo).
Desde aquí, a todos los amantes del curry... NO AL CURRY MARROQUÍ, QUE NO OS ENGAÑEN.
Llevo tres semanas oliendo el maldito curry marroquí en mi armario y era feliz esperando ese momento en que fuera especial abrirlo y probarlo. Hoy era ese día. El pollo al curry, mi plato estrella, uno de mis platos favoritos. Todos los ingredientes al "plop, plop", preparándose para ser bautizados con ese "maravilloso" curry y yo salivando mientras pensaba en él.
Una vez listo, he añadido el curry, me había quedado como a mí me gusta, ni muy líquido ni demasiado seco... en su punto, con sus pasas, su piña... mi boca se estaba empezando a hacer agua. He soñado con ese curry durante las últimas tres semanas y cada día aspiraba el olor que desprendía.
Hoy he despertado de ese sueño. Su aroma me tenía hipnotizado y hoy he despertado. Nunca más confiaré en los olores, ni del curry ni de nadie.
Primer tenedor y un sabor asqueroso ha invadido mis pupilas gustativas. Sí, lo voy a decir, era ese mismo regusto que te queda cuando acabas de devolver. Pensé que era una broma, porque el curry era un regalo... por un momento pensé que me la habías jugado pero no era así. ¿Será que tú también probaste el curry marroquí cuando fuiste a Marruecos?
Buscaré un buen regalo para "agradecerte" el tuyo, puede que una botella de aceite de Finlandia o un queso feta traido directamente desde Cuba. Lo pensaré pequeño :-) (por unas semanas me hiciste feliz, eso te lo concedo).
Desde aquí, a todos los amantes del curry... NO AL CURRY MARROQUÍ, QUE NO OS ENGAÑEN.
martes, 19 de enero de 2010
Sádico enmallado
Volver al gimnasio después de tanto tiempo me ha hecho recapacitar sobre la necesidad de renovar mi atuendo deportivo. Quién iba a decir que la ropa de hacer deporte se pasa de moda tan rápido como los ordenadores. Miro a mi alrededor y siento que las zapatillas plateadas con destellos amarillos de mis compañeros de fatigas andan solas, sus pantallones ultra cortos -que dejan entrever cosas que preferiría no tener que mencionar- estoy seguro de que mueven sus piernas y sus camisetas desmangadas chorrean sin que ellos hagan el menor esfuerzo. Todos están compinchados para hacerme sentir mal. Cómo es posible que un tío que no tiene el menor rastro de grasa en su cuerpo sude un océano entero cuando va al gimnasio dos horas todos los días. Esa gente no se esfuerza. Yo me estoy esforzando, yo que llevo meses sin pisar un tugurio así, con su música "chunta", esas hordas de motivados sudorosos que se creen ciclistas en el Tour de Francia cuando sólo estamos en una sala mal ventilada con 40 bicis puestas como pupitres escolares. Hacen trampas, hay truco. Seguro. Y luego están ellas. Cómo puede ser cómodo hacer deporte con un tanga de hilo, unas mallas tan ajustadas que dudo que les dejen respirar y unos tops que no cubren ni la tercera parte de lo que debieran. Así no hay quien se concentre.
Echo de menos mis tiempos mozos cuando íbamos al gimnasio con pantalones anchos y camisetas de propaganda, siempre lo más viejo. ¿Es el gimnasio la nueva discoteca? ¿Voy a tener que empezar a usar gomina y echarme mi mejor colonia para sudar la gota gorda?
Todo iba bien. Empecé con Biking -por qué narices le cambian el nombre en cada gimnasio, deberían llamarlo gimnasia en bici en todos los lados y punto-. Ayer pensé que era mejor variar un poco y me metí en una clase de abdominales, flexiones y todas esas cosas que hacíamos de jóvenes con una sola mano mientras comíamos una manzana. Ya no soy ese joven y echo de menos tener 4 brazos más.
El tipo vino comiendo mini bollicaos. Habráse visto tamaña desvergüenza, como vacas camino del matadero y él comiéndose un bistec aún sangrante. Y aún ofreció el tío. Entré en clase, rápido para coger sitio, empujones por todos los lados. Ya he aprendido el truco. Lo más importante es dejar la toalla en el sitio elegido. La próxima vez voy a mear también alrededor para marcar mi territorio, creo que funcionará. A simple vista el pipiolo no era más que un niñato de unos 24 años, con cresta, camiseta bien pegada sin mangas y unas mallas marcapaquetes totalmente ajustadas. Y no, no era marica, pero me pregunto en qué estaría pensando cuando escogió su ropa. Mucha sonrisa y mucha coña y, al de un segundo, el imberbe se transformó en un marine ávido de sangre y sudor que sólo quería mi muerte. Flexiones, abdominales, pierna por aquí, brazo por allá, barrita, goma bien tensa... ¡Dios! No sé si quería morirme o matarle mientras le veía hacer lo mismo que yo como quien va a comprar el periódico y con una sonrisa. Cuando ya no me quedó más dignidad, me entró un ataque de risa en medio de una flexión, contagié a los de mi alrededor -los de la última fila, siempre he sido de última fila en el gimnasio- y acabé la clase con cierto ánimo -mal de muchos...- y tirado en el suelo.
El resumen es el que ya sabía: mi forma física deja mucho que desear. Ahora bien, tengo 6 meses hasta verano. Mi culo volverá a ser el que era. Acabaré siendo un motivado de los que tiran del pelotón. Compraré unas zapatillas que anden solas. Me compraré una bomba-expulsa-sudor.
Mentira.
Me gustan mis camisetas dos tallas más grandes, mis zapatillas para todo y mis pantalones anchos. Reivindicación.
Echo de menos mis tiempos mozos cuando íbamos al gimnasio con pantalones anchos y camisetas de propaganda, siempre lo más viejo. ¿Es el gimnasio la nueva discoteca? ¿Voy a tener que empezar a usar gomina y echarme mi mejor colonia para sudar la gota gorda?
Todo iba bien. Empecé con Biking -por qué narices le cambian el nombre en cada gimnasio, deberían llamarlo gimnasia en bici en todos los lados y punto-. Ayer pensé que era mejor variar un poco y me metí en una clase de abdominales, flexiones y todas esas cosas que hacíamos de jóvenes con una sola mano mientras comíamos una manzana. Ya no soy ese joven y echo de menos tener 4 brazos más.
El tipo vino comiendo mini bollicaos. Habráse visto tamaña desvergüenza, como vacas camino del matadero y él comiéndose un bistec aún sangrante. Y aún ofreció el tío. Entré en clase, rápido para coger sitio, empujones por todos los lados. Ya he aprendido el truco. Lo más importante es dejar la toalla en el sitio elegido. La próxima vez voy a mear también alrededor para marcar mi territorio, creo que funcionará. A simple vista el pipiolo no era más que un niñato de unos 24 años, con cresta, camiseta bien pegada sin mangas y unas mallas marcapaquetes totalmente ajustadas. Y no, no era marica, pero me pregunto en qué estaría pensando cuando escogió su ropa. Mucha sonrisa y mucha coña y, al de un segundo, el imberbe se transformó en un marine ávido de sangre y sudor que sólo quería mi muerte. Flexiones, abdominales, pierna por aquí, brazo por allá, barrita, goma bien tensa... ¡Dios! No sé si quería morirme o matarle mientras le veía hacer lo mismo que yo como quien va a comprar el periódico y con una sonrisa. Cuando ya no me quedó más dignidad, me entró un ataque de risa en medio de una flexión, contagié a los de mi alrededor -los de la última fila, siempre he sido de última fila en el gimnasio- y acabé la clase con cierto ánimo -mal de muchos...- y tirado en el suelo.
El resumen es el que ya sabía: mi forma física deja mucho que desear. Ahora bien, tengo 6 meses hasta verano. Mi culo volverá a ser el que era. Acabaré siendo un motivado de los que tiran del pelotón. Compraré unas zapatillas que anden solas. Me compraré una bomba-expulsa-sudor.
Mentira.
Me gustan mis camisetas dos tallas más grandes, mis zapatillas para todo y mis pantalones anchos. Reivindicación.
lunes, 18 de enero de 2010
jueves, 14 de enero de 2010
Volver
Sí, por fin lo he hecho, he vuelto al gimnasio, tópico donde los haya, hábito eneriano por excelencia. Sí, también lo he conseguido, mi portátil está en el hospital de los ordenadores. Y, sí, en breve me iré de vacaciones... definitivas. Será un sitio con sol, o todo lo contrario, pero me dará lo mismo, serán vacaciones y estaré feliz. De hecho, YA me siento FELIZ. ¡Diossss, qué paz hay en mi cuerpo ahora mismo...!
Ramón retorna, revuelve, vuelve. Ramón.
Ramón retorna, revuelve, vuelve. Ramón.
lunes, 4 de enero de 2010
El aceite flota
Uno se cree que el año nuevo empieza y todo se deja atrás. No es así. Creo que he visto demasiadas películas en las que el recomenzar desde cero es posible. Tampoco es así. He confiado en que lo que la gente dice sobre si misma -y sobre sus amigos y familiares- es verdad. Mentira. Todos venden la moto lo mejor que pueden, aquí no dice la verdad ni el tato. Lo que sí que es cierto es que los que van siempre, contra viento y marea, con la verdad por delante, acaban amargados, varapaleados. Este año no siento que empiece una nueva etapa porque he terminado el 2009 con varios frentes abiertos; por eso, el 2010 sólo es para mí la continuación del anterior. No espero grandes cosas ni grandes cambios. Sólo solucionar temas pendientes y volver a encontrar mi creatividad, allá donde esté. Y seguir siendo feliz... feliz año.
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