sábado, 30 de mayo de 2009

Para Olivia - resumen de mi versión del Manchester vs Barcelona-, Matsuko y la fiesta reagge

Olivia, te voy a decepcionar, no vi el partido... miento, vi el comiento pero estaba en una media reunión con mi jefa en un bar cuando empezaron los gritos pro-Barcelona, momento en el que nos fuimos y la dimos por terminada y nos fuimos cada uno por nuestro lado. Lo que sí viví fue la fiesta posterior, los gritos de "visca el Barça" (¿se escribe así?) que yo no sabía cómo responde, si alzando el puño, decir lo mismo o pegar un salto, cual mono culé. En cualquier caso, nunca perder los papeles como hacían los colegas el bareto, nunca llorar por un primer gol casi al comienzo del partido, nunca hacer del fútbol mi religión.

Durante el partido estaba yo tranquilamente disfrutando de una cena japonesa, una buena botella de vino blanco y, después, de un par de copas. A la salud del Barça, obligatorio en Barcelona esa noche. Me mimeticé con el ambiente, no lo voy a negar. Me faltó la corbata azulgrana.

Al día siguiente, con mi segunda visita, cogimos comida marroquí, nos hicimos mojitos en casa y acabamos viendo "Memorias de Matsuko".
Buena película. Matsuko, una suerte de Amelié con muy muy mala suerte, una película a medio camino entre "El Mago de Oz" y las películas de Disney, pero sólo por la estética. La compré hace tiempo en mi viaje a Hong Kong y nunca la había visto. La portada auguraba una película de risa y acabamos con el corazón en un puño. Ya lo dice Matsuko: "Si esto es un cuento de hadas, es uno cruel". Después de todo, yo no creo en los cuentos de hadas. Supongo que se podrá bajar pero acordaos de los subtítulos, claro. Merece la pena.


En realidad, está siendo un fin de semana de lo más raro. Comenzamos un jueves tomando copas a la "salut" del Barcelona, en un brindis sin corazón; un viernes hawaiano en el que mezclamos cócteles con Amaretto -malísimos- y música en directo en el Mediterráneo. Hoy, sábado, juro que sólo íbamos de turisteo guiri al Parque Güell... de verdad que no queríamos más que ver las baldosas, el museo y poco más... y nos encontramos con la fiesta reagge...así que ahí desde las 6 hasta las 8 y media. Que si sangría por aquí, que si sangría por allá... y ahora preparándonos para salir. Visto cómo está saliendo el fin de semana, a saber dónde acabaremos.

martes, 26 de mayo de 2009

Que alguien le dé un ojo al tuerto que me está mirando

Hoy me he levantado a las 4 y media de la mañana. No he podido pegar ojo así que casi me da un infarto al mirarme en el espejo; ahí he terminado de despertarme. Por una vez, quería hacer las cosas con calma, así que ayer planché la camisa con todo cuidado y la dejé colgada; normalmente lo haría a última hora y acabaría llevando una chaqueta encima para disimular las arrugas. Preparé la ropa, el ordenador... todo listo y me fui a la cama a dar vueltas sin poder dormir. Incluso llamé a un taxi y tenía la tarjeta de embarque en papel. Vamos, que no me faltó detalle.

No es que sea nada especial, hoy tengo todo el día de reuniones en Madrid en mi antiguo trabajo y quería llegar con buena pinta después de casi 6 meses sin volver por ahí.

Juro que había salido de casa hecho un pincel, con mi desodorante nuevo, la colonia, los dientes lavados y recién duchado. La camisa con la marca de la plancha.

Bajo a la hora prevista y ahí está mi taxi, llegamos 20 minutos antes del embarque, así que directamente paso el control, con la calma, y busco mi puerta... ¿mi puerta? ¡dónde coño está mi puerta! Qué digo mi puerta... ¡¡mi vuelo!! Pues nada, cancelado. Voy a tres puntos de información, todos cerrados. Qué se puede esperar a las 6 menos cuarto de la mañana.

Milagrosamente, una segurata simpática que me "ayuda". Lo pongo entrecomillado porque la tipa podía haberme ahorrado el agobio de tener que salir y volver a hacer el control de seguridad si me hubiera dicho que los de información llegaban a las 6...

Así que ahí estaba yo, contando hasta 100 para no perder la calma, no porque fuera a llegar tarde a la reunión, que eso me importa un carajo (y más desde que ayer a mi jefe le diera un amago de ataque y sólo pensara en llegar a una reunión) sino porque mi camisa ha empezado a lucir arrugas, me caían las gotas de sudor por la frente y los zapatos nuevos aún no están hecho a las pateadas rápidas.

Total que salgo y me informan de que me han puesto en el vuelo anterior al mío, es decir... ¡¡en 10 minutos!! ¡¡Joder!! Una carrerita más y llego a la puerta de los últimos y sin aliento. Todo vuelve a la normalidad con la azafata de tierra con cara de mala hostia, qué sería de los aeropuertos sin esas azafatas con cara de perro y peores humos. Así que he cogido aire y he puesto la mejor de mis sonrisas. Por fin, me deja pasar.

Llego a mi asiento y una pareja de ancianos que no saben cómo se desabrocha el cinturón. Ay, mija, si es que pensaba que era como el del auto y es diferente. Sí, creo que por más que lo intentes abrir como el del coche, a la tercera vez deberías haberte dado cuenta ya. En fin. Se levantan y yo sonrío porque ellos no tienen la culpa de mi mal comienzo. Me siento, nos sentamos. Oigo "hola". La buena mujer tiene ganas de hablar. ¿Quién coño tiene ganas de hablar a esas horas de la mañana? Contesto amablemente "hola". "Mira qué bien, a mi nieto lo han mandado para atrás y me mandan uno nuevo, ¿has visto papi?", todo aderezado con unas palmaditas en mi rodilla y otra en la de papi. "¿A dónde vas?". "A Madrid". Como yo no preguntaba nada, me dice "Nosotros vamos más lejos". En vista de mis pocas ganas a pesar de mi sonrisa, se ha callado y se ha dedicado a martillear a la azafata, que se las ha visto y deseado para que la señora entendiera por qué no estaba puesta en su billete la puerta de embarque para el vuelo que tomarán a las 12 de la mañana.

Era de esas personas que nunca ha cogido un avión o, como mucho, ha cogido uno más. Que no tengo nada en contra pero me hace gracia cómo cogía el reloj por si perdía el vuelo de las 12 de la mañana y aún no eran ni las 7. Yo no he empezado bien el día pero eran una pareja simpática. O lo eran antes de que la abuelita me tirara las migas con chocolate de la napolitana que cogió del desayuno del hotel. A los mayores hay que respetarles, así que respiro hondo, una vez más, y giro mi cabeza. Milagrosamente no parezco una gallina pinta con chocolate en mi camisa blanca ex-planchada.

Se relaja la buena mujer, se pone a llorar un niño. ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Espero que mi día vaya mejor.

Llego a Madrid y ahora estoy en un Dunkin Donuts... todo sigue mal. No hay chocolate, así que estoy tomando café, voy a acabar cardíaco. He elegido el donuts más bonito y el que peor sabe. Definitivamente, hoy no es mi día. A todo esto; he llegado 3 horas antes porque el vuelo se ha adelantado y la reunión atrasado.

Resumiendo, nunca más sacaré la tarjeta de embarque por Internet, ni plancharé la ropa... la próxima vez lo haré como siempre; todo a último momento. Esto es como cuando estudiaba para un examen y sacaba peor nota que cuando me lo leía a última hora.

domingo, 24 de mayo de 2009

La Comunidad

Tú eres el nuevo, te mudaste hace poco. Sí, ya te he visto yo por las escaleras alguna vez. Porque yo soy la que vive en el bajo. Vivo con mi hija y un señor mayor, que ya dice él que cuando entramos nosotras por la puerta, entraron dos ángeles, porque él ha tenido mucha suerte con nosotras. Nosotras le cuidamos. Bueno y no pagamos piso, eso es importante, no sabes. Y, sabes, yo fui portera de este edificio durante 15 años, que se dice pronto, y así de buenas a primeras me echaron. Ah, ¿no lo sabías? Sí, hijo, sí, aquí eché 15 años de mi vida hasta que me echaron como a una rata. Y aquí estoy de vuelta, mira tú. Pues resulta que yo vivía en el ático y claro, eso ahora se alquila a precio de oro, tú ya me entiendes, y querían sacárseme de encima. Entonces el Sr. Jauma, que es una hijo de la gran..., me hizo la vida imposible, sí, sí, como lo oyes, el muy... consiguió que tuviera ataques de ansiedad cada dos días y tuve que coger la baja. Meses antes yo había metido a la Victoria a trabajar en su casa porque ella era amiga de mi amiga Manoli y claro pues la recomendé y empezó a trabajar para el Sr. Jauma. Cuando caí enferma, me llamaba cada poco el hermano del Sr. Jauma. Él será lo que sea, pero su hermano es un bendito y un señor, claro que es un mandado, le maneja el Sr. Jauma. Y su señora madre... ésa sí que es una santa. Ella me ayudó una vez que caí enferma con mi hija, cuando era la niña pequeña. Pues como te iba contando, me llamaba el hermano cada poco para ver cuándo iba a coger el alta, total que al final por curiosidad la cogí, que ya me olía yo algo. Querían echarme y no sabía el pobre hombre cómo decírmelo. Pero yo sabía que había algo más. Pues tenía toda la razón, que ya le dije yo; soy tonta por buena, no por poco inteligente. Aún es hoy el día que cuando me cruzo con el Sr. Jauma en la escalera se me revuelve el estómago, que ya le dije un día; usted tendrá todos los estudios del mundo pero lo que es educación, de eso no tiene. Entonces me echaron y pusieron a la Victoria al mismo día siguiente, que lo tenían todo hablado. Que la Victoria llamó a la Manoli para contárselo por si le sentaba mal lo que iba a hacerme, porque la Manoli también es amiga suya. Total que la Manoli me lo contó. Y digo yo que lo mismo que le llamó a ella podía haberme llamado a mí porque yo no me como a nadie y se lo habría agradecido. Pero nada. Fueron por detrás a darme la puñalada. Así que me quedé en la calle. Pero ya te digo yo que no soy tonta, así que hablé con Comisiones Obreras y con un abogado amigo mío y no paré hasta que me dieron lo que tenían que darme por ley. Intentaron engañarme pero no lo consiguieron porque yo de tonta no tengo un pelo, igual por buena. Yo ya les dije que quería ir por las buenas y al final así fue y me dieron todo lo que me correspondía. Si a mí lo que me dolió fue que la Victoria no me llamara para contármelo. Después de 15 años hacerme esto a mí... no hay derecho, pero bueno que así es la vida. Yo tuve que irme del ático porque no podía ni ver al Sr. Jauma y él antes vivía aquí y me fui. tampoco muy lejos, lo suficiente para no tener que cruzármelo. Porque me dolió enterarme de que lo tenían todo planeado. La Victoria no ha cotizado nunca en su vida y necesitaba unos años trabajando para cobrar la jubilación y me tienen que echar a mí, una trabajadora buena, para que la Victoria tenga su jubilación. Que las cosas podía hablarse, digo yo... Pero que yo no me quejo, porque no hay mal que por bien no venga, que yo ahora estoy mucho más contenta. Tú no sabes el calor que pasaba en verano en el ático y en invierno congeladita me quedaba. No me dió ninguna pena dejarlo, no señor, y eso que lo había arreglado todo y lo había puesto monísimo, hasta aire acondicionado había puesto. Una maravilla. Claro que al cabo de los años he vuelto al edificio, menos mal que ya él no vive aquí, el Sr. Jauma. El señor del bajo se quedó viudo y yo y mi hija vivimos con él y le cuidamos, así que estamos muy contentas. Si ya lo dice él, somos unos ángeles. Y con la Victoria, con ésa no tengo ningún problema, que yo le digo hola y adión, porque yo soy educada, pero no se me olvida, no señor. Bueno te dejo que estarías ocupado. Pues nada, ya sabes, soy la del bajo, cualquier cosa ahí estoy. Que tengas buen día.

Y ahí me quedé yo sin haber podido abrir la boca mientras la buena señora bajaba, chiguagua en mano, a su piso de renta gratuita. Si yo fuera el Sr. Jauma temblaría sólo de saber que el ángel justiciero ha vuelto. Miedo me daría si yo fuera él. Ay, la Victoria, sí yo fuera la Victoria echaría a correr todo lo lejos que pudiera y no volvería la vista atrás. Las buenas mujeres son las peores.

Sin rencor, eh.

sábado, 23 de mayo de 2009

La boda

Ya ha pasado una semana, hoy salían los recién casados de viaje de novios. Como antiguamente hicieron miles de emigrantes, cruzan el charco pero por aire en vez de en barco. De la boda en si, poco se puede decir salvo que fue bonita y todos lo pasamos genial... se me hizo corta. Pero, sobre todo, diría que fue una de las bodas en las que el novio ha marcado a conciencia su sello personal.

Empezaba a las 6 de la tarde y a las 2 se dió cuenta de que se había dejado el chaqué en casa... no en casa en Madrid... ¡en casa a 3 horas y media! Al final encontró un amigo que le trajo el chaqué desde allá... Los caminos del Señor son inescrutables, que dirían algunos, -o no hay mal que por bien no venga- porque el amigo en cuestión pudo traer el dichoso traje porque ¡había olvidado que la boda era el viernes y no el sábado! Su coche nunca volverá a ser el mismo desde entonces, si tuviera corazón le habría dado un ataque y habría caido fulminado; tardó 2 horas y media en hacer lo que, a buen ritmo, se tarda 3 horas y media. Las multas a cuenta del novio.

Por seguir con el estilo del evento, la familia de la novia se dejó los anillos en casa, esta vez a sólo 15 minutos de la iglesia. Claro que se dieron cuenta casi llegando y tardó media hora de más. Mi hermano sudaba la gota gorda entre el estrés de medio cambiarse en el coche, salir corriendo... ¡y ahora la blanca no aparecía!

Al final apareció, todo fue como debería y se casaron. Increible boda. Tendrán una buena historia que contar a sus nietos.



Fue raro andar por Madrid después de tanto tiempo, volver a La Latina, dormir en mi antigua casa pero en el sofá de invitados... Echo de menos Madrid. Echo de menos La Latina, los baretos. Echo de menos no tener que comprar agua de botella y a mis amigos. A mis hermanos. A mi padre cada mes. Echo de menos poder volver a casa una vez al mes. No sé lo que es pero Madrid me hace sentir en casa, incluso cuando no la conocía. Qué mejor fin de semana para volver que el de San Isidro.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Me la dedico

A fuerza de decir no,
de proferir excusas y mentiras respetables,
de torcer cánones sólo por ir contracorriente,
de no decidirme, por aquí y basta,
de no escoger mi bandera
por temor a los gatos trípodes o empotrados,
por temor a escoger para excluir,
por temor a limitar,
a restringir,
por un ansia incomprensible de vastos horizontes,
me desterré a este desierto blanco de papel.

Aquí la realidad es un espectro delgado
incoherente, deformado y fetal,
la realidad es manca, es estéril,
violeta como sementales amarrados,
y palabras enormes pastan a su antojo,
observando con ojillos de huevo los sueños transitar,
mordidas por obsesiones que en otros mundos
nos colgaban de la cabeza, cubriéndonos los ojos,
engordando con fármacos, alcohol y engaños.

La soledad aquí es salvaje,
hidratada, cristalina,
que con su curvatura nos muestra
la posibilidad sin apelativos,
la expectativa derruida,
sin ambición posible.

Y desde aquí no quisiera fabricar
ni avioncitos ni barcos de papel,
sino la semilla del acto vital,
una realidad en movimiento.

Desde hoy
imagino que el desierto es un vergel,
imagino a gritos
una revolución cotidiana
sin recetas ni doctrinas,
sin palabras embalsamadas por la memoria,
imagino una revolución cotidiana
con cada ciclo de la sangre,
con cada ciclo solar,
al ritmo del calendario,
una revolución cotidiana,
y a flor de piel.
Tierra de nadie (Diego Godé)
Paseando por el Borne me encontré con El Nus, un bar perdido en el tiempo, cuyo dueño parece más un colega del de Gabinete Caligari, con su medio tupé, su pinta de trasnochado, su chaleco y su camiseta desgastada. Un buen tipo y ahí que estuvimos hablando, apoyados en la barra del mismo bar en el que lleva unos 20 años... algunos más.
El Borne ya no es lo que era, nos decía, que yo no tengo nada en contra de los turistas pero ahora éste es su barrio. Aquí campan a sus anchas mientras que los de toda la vida tenemos que callarnos. Supongo que algunos sacarán buena tajada de todo esto. Yo no. Yo no trabajo con ellos. Mi bar es el de siempre, tantos años en esta misma calle... y en este mismo barrio, claro que yo compré el piso hace mucho tiempo, a ver quién puede permitírselo ahora, cómo ha cambiado todo. Para empezar, obras en todos los lados, llevo años poniendo denuncias por ruidos a horas intempestivas; de los guiris y de los obreros. Pero ahí siguen y aquí sigo. Todo volverá a cambiar, se irán a otro lado. Parece que ahora se frotan las manos viendo el Raval. Ahí les costará algo más porque el ambiente es parecido al de siempre. Pero ahí van... los muy... Pero no estamos desatendidos ni mucho menos. Claro que las tiendas de barrio han desaparecido, sólo nos queda el mercado pero andando una tirada maja. Aquí todo son tiendas para turistas y restaurantes caros. ¿Habéis visto el Desigual de la calle de al lado? Ahí estaba una de las mejores salas de conciertos... Cómo ha cambiado esto.
Dos hallazgos en un día: El Nus y Diego Godé. Compré su libro "ayuda espiritual urgente", todo un descubrimiento. Me gustaron sus textos, me gustaron sus poesías. Me gustó su manera de escribir.
Uno lo podéis encontrar en la Editorial Anagal y el otro en la calle Mirallers 5.

lunes, 18 de mayo de 2009

Benedetti ha muerto

Sus cuentos, pero sobre todo su poesía... con él cierro una etapa.
Un gran escritor Benedetti.
Una pena...

Las plantas okupas

En un pueblo de Cantabria

jueves, 14 de mayo de 2009

¿Estamos locos o qué?

COMENTARIO:
Veo, de todas maneras, que son más las formas que el fondo lo que ha molestado, porque lo que he dicho es:
- no a los medicamentos sin control y menos para menores

- no a pagar el aborto con dinero público
- no al aborto de 22 semanas
- no a Zapatero por estas medidas absurdas
Lo que me quedó por decir es que, evidentemente, hay casos extremos, como el riesgo de muerte o grave para la madre. Por supuesto, hay niños que no sobrevivirán más allá de la semana y se sabe con antelación pero, en mi opinión, no es una razón para matar a nadie. (No así la eutanasia -otro tema controvertido-, que la elige uno mismo sobre sí mismo y nadie le mata sin consultar). Tampoco veo que sea una razón para matar a nadie que el niño tenga, por decir algo, Síndrome de Down.
De todas maneras, me disculpo por las formas... y pido perdón a quien haya ofendido. Pero cada uno tenemos nuestra opinión en este caso... Ésta es la mía. Pero, al fin y al cabo, así es como entiendo un blog... un foro de discusión y me gusta que haya opiniones diferentes a la mía


A ZP se le ha ido la olla pero de qué manera... Píldoras del día después a la venta como si fueran chicles... Di que sí, hombre. Eso sí, el Feldene Flash sólo con receta, eh, no nos vaya a salir un tercer brazo. En el fondo, ZP es optimista, cree que todas las mujeres tienen la misma educación y saben que no puede tomarse una píldora cada vez que se emborrachan y follan sin condón. Qué más da, cada fin de semana una. Habrá que ver qué dicen los fabricantes de condones, que seguro que venden menos después de esto.

En realidad, ZP es un visionario porque ha visto un futuro que nosotros no vemos: ve un futuro en el que las niñas de 14 años son lo suficientemente maduras para saber las consecuencias de tomar 20 pastillas seguidas (de lo que sea, no sólo del día después), en el que todas las mujeres tienen la educación suficiente para saber cómo se usa un medicamento agresivo... un país de sabios, eso es lo que somos.

Claro que pueden saber cuándo y cómo tomar la dichosa pastillita pero no son maduras para comprar una jodida cerveza ni tomar alcohol. Se ve que la mayoría de edad es orientativa, depende del viento que sople.

Que yo no digo que no se den las pastillas, no señor. Pero que se den con control. Sólo falta que se den gratis. Porque todos sabemos lo que se valora lo que se da gratis... es decir, nada. Un lumbreras el ZP, de verdad.

Pasamos al aborto. Que digo yo que por qué la madre de ZP no decidió abortar, si hubiera una máquina del tiempo, yo me apuntaría voluntario para ir al año en que se quedó embarazada. ¿22 semanas? ¿Quién no ha visto una ecografía de 22 semanas? Pero si casi saluda el feto... Que le pregunten a las que hayan sido madres si el feto se mueve, si da patadas, si oye su corazón.

Propongo que las mujeres que aborten se vayan a casa con los trocitos de su feto, ese feto que no consideran un niño; con sus brazos en trocitos, sus pies, su cabeza a medio formar... Que se lo lleven en un botecito en formol, tal y como se llevan algunos su apéndice. Total... no es más que otro trozo de carne, ¿no?.

Quien quiera abortar que aborte, es más, lo vamos a pagar entre todos. No te jode. Esto y el cambio de sexo, claro que sí, las dos cosas más necesarias en una sociedad. Ahora bien, como tengas una infección que te cagas en los dientes, ya puedes ir prostituyéndote para conseguir la pasta que te va a salir (de tu bolsillo, claro). Pero no os preocupéis que si alguien se queda embarazada mientras se prostituye para pagar la operación, siempre puede comprar una pastillita, a la vez que compra unas patatas fritas con sabor a queso, y listo. Ah, y si por el trauma quiere cambiar de sexo, habrá packs de aborto-pastillas-operación. Qué más se puede pedir.

A mí no me da la gana de pagar un puto duro para que nadie aborte. Es una opción, como quien quiere ponerse más tetas o alargarse el pene. Ahora bien, si me piden pagar para temas de salud, entonces sí. ¿Es el aborto un problema de salud? ¡A otro perro con ese hueso ZP!

Así nos va.

Propongo drogas para todos, alcohol libre desde que uno nace... ah, y fumaderos de opio para todos porque si ZP se queda mucho tiempo más en el poder, vamos a ser un enorme W.C.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Días de fútbol

No me gusta el fútbol.

No entiendo el tipo aquel que llevaba una bufanda con un día de 26 grados a las 8 de la tarde. Tampoco a aquel otro que se desgañitaba mirando la pantalla, ¿se creería que le oían? Más allá, un gordo calvo con cara de buen rollo que se volvió Hulk cuando pitaron un penalti en contra de su equipo, tiró una silla y se marchó a casa gritando. Desde mi sitio se veía un tío con pinta de macho que terminó llorando como un niño cuando perdieron los suyos. A su lado, uno del otro equipo llorando por lo contrario, porque ganaron. Total, imposible hablar con toda esta panda de energúmenos a nuestro alrededor.

El otro día vi un partido del Barcelona contra... ¿un equipo inglés? Cuál, es otro cantar, ni idea. Fui a tomar algo a una terraza, con tiempo suficiente porque todos menos dos querían ver el puto partido. Tiene gracia que las dos personas que menos querían ver el partido de toda la terraza fueran los que llegaran antes y tuvieran el mejor sitio.

Lo pasamos bien viendo a todos los emocionados gritar, llorar, abrazarse, hacer el salvaje... Aguantamos la primera parte, que ya es todo un record para mí.

Hoy me asaltan las dudas. Hoy juega el Athletic la final. No me gusta el fútbol y me la trae floja si gana o no, pero reconozco que quiero que gane el Athletic. Es algo irracional. Quizá es esta parte la que no entiendo de que un pavo grite a la pantalla de la televisión como si le fueran a oir. Quizá hoy sea yo quien se convierta en Hulk. No lo creo. No me sé ni las reglas del juego. Pero puede que vaya a verlo. ¡Aupa Athletic!

lunes, 11 de mayo de 2009

La cuenta atrás...

Mi hermano mayor se casa... vaya momento, haremos de catalizador ¡y de lo que haga falta! ¡¡Y sólo queda una semana!!
:-)

jueves, 7 de mayo de 2009

Atrapado

"Lost" está siendo mi perdición, todos los días hasta las 2 de la mañana viendo del orden de 4 capítulos diarios... Cuando salió, vi unos cuantos capítulos y dejé de verla, sobre todo porque siempre me olvidaba de estar en casa a la hora que la echaban en la tele. Años después he empezado a verla desde el principio; primero la descargaba de Internet... ¡he acabado comprando todas las temporadas! (no en vano las series en DVD llevan salvando los resultados del vídeo unos años, ¡toma comentario!).

Quizá no es la mejor serie del mundo y tiene fallos de continuidad, amén de un guión escrito claramente a trozos (y a veces pienso que por una panda de "fumaos"). Me gusta porque cada poco cambias lo que pensabas de cada uno de los personajes... Voy por la cuarta temporada, ahora odio a Jack, Kate me parece una calienta pollas con poco cerebro y mi ídolo es Sawyer. Sahid me parece a ratos héroe, a ratos villano, pero se mantiene al margen. Y ya no hablo de Charlie que es el mayor metepatas del mundo, ni de Sun, esa coreana dura como la piedra con pinta de flor exótica.

Lo que más gracia me hace son los extras. Estoy seguro de que ahí anda metido hasta el apuntador: el primo tercero del cámara, la hija del director de fotografía, la abuela de la de vestuario... Creo que les prueban un día y si dan el pego como naúfragos, les hacen saltar con un paracaidas o aparecer en el sueño de alguien. Lo bueno de "Lost" es que nada necesita ser explicado. Todo el mundo sabe que los osos polares viven en la selva.