lunes, 3 de diciembre de 2012

Retórica

Me pregunto en qué momento una persona va olvidando cosas a la par que va ascendiendo en el mundo laboral. En qué momento olvida cuando fue becario y le trataron mal, cuándo deja de saber ponerse un café él mismo y requiere de alguien que se lo sirva “como a él le gusta”, incluso olvida cómo fue el desagradable proceso por el cual le echaron de su puesto anterior. Me inquieta ese proceso de des-aprendizaje y no puedo dejar de pensar qué siente alguien así cuando se da cuenta, si es que en algún momento se percata de ello, de que ya no sabe hacer una fotocopia ni imprimir un documento en un A3 –ni tan siquiera en un A4-, cuando nota que hace días que no saluda a nadie al entrar en la oficina porque olvidó decir buenos días y la gente se calla cuando entra porque olvidó tener una conversación normal que no incluyera dar órdenes tajantes sin opción a réplica.