jueves, 27 de marzo de 2008

Ese otro mundo

Es complicada la empresa. Quizá la complicamos nosotros mismos y nos amargamos la vida. Las relaciones personales ya son difíciles pero el mundo de la empresa me está pareciendo incomprensible. Bueno, no incomprensible; no es cierto que no sepa cómo funciona.

Me está pareciendo inaceptable.

Es un entorno lleno de mentiras, dobles filos y conversaciones por la espalda en el que quien llega al primer puesto no es siempre el mejor; es el que más zancadillas pone.

Por si fuera poco, te confunden y te hacen creer que son relaciones personales cuando en realidad no lo son.

¿Y qué son los equipos? Un equipo es un grupo de personas que trabajan juntas por un mismo fin, que se reparten tareas y se apoyan entre todas y que entienden que el éxito es el colectivo y no el personal. Creo que vi demasiadas películas Disney en mi infancia.

Sinceridad. Otra palabra que no existe.

Y así otras tantas; compañerismo, empatía, etc, etc, etc.

miércoles, 26 de marzo de 2008

¡Un PUAAAJJJJJ para ella!

Empieza el tiempo de las bodas y demás eventos sociales. ¡¡Cualquier combinación menos ésta!!

lunes, 17 de marzo de 2008

Me hace gracia

(Al hilo del anterior post)

Me gustaría saber cómo es posible que esta sociedad vaya tan mal, que tantas veces veamos cómo pegan una paliza a un sujeto y nadie haga nada por ayudarle, si cuando se habla de este tema (y de otros) en un grupo -más o menos reducido- todos dicen que es increible que este tipo de cosas sucedan. Ellos nunca pasarían de largo y mucho menos se quedarían mirando sin hacer nada. ¡Por Dios, qué clase de monstruos creemos que son! (en contraposición, los demás, los insensibles, sí que lo son).

Pues yo voy a romper las estadísticas. No soy un héroe, soy humano y me dan miedo las peleas, sobre todo ésas en las que no sé si el contrario va desarmado o va a sacar la catana desmontable para hacerme (a mí y al que estaba pegando) trocitos. Me gustaría pensar que yo soy diferente al resto y que reaccionaría como el Capitán Trueno haría en este tipo de situaciones. Pero no es así. Igual me encuentro en situación y salgo corriendo, o paso de largo por miedo. O igual sí que hago algo. Pero, desde luego no puedo asegurar que lo haría y mucho menos criticar a los que no lo hacen.

Porque si todos fuéramos tan valientes, otro gallo cantaría.

jueves, 13 de marzo de 2008

En lo que nos estamos convirtiendo

Me cuentan que "se está poniendo de moda" en Londres pegar a una persona hasta casi dejarle palmera y después mirar a ver si "de paso" ganan algo por el "servicio". ¿Qué significa "se está poniendo de moda"? Iluso de mí que siempre he pensé que la moda se refería a la ropa.

Pero, tirando de hemeroteca, me doy cuenta de la de "modas" que hemos tenido en los últimos años: la moda de pegar mendigos (si mueren es que eran poco resistentes porque "la moda" sólo era pegarles una paliza, lo de morir ya corre por cuenta suya), la moda de pegar a cualquiera y grabarlo con el móvil para distribuirlo por Internet (quién no ha querido ser una estrella mediática)...

Lo que me sorprende de este tipo de "corrientes" es que no se trata de un grupo social determinado (skins, ñetas) sino que, en principio, los agresores son personas que no pertenecen a ninguna agrupación y lo hacen simplemente por diversión. Otra vez aquí tengo que entonar el mea culpa y decir que he vuelto a olvidarme el María Moliner en casa porque había entendido diversión como algo similar a pasárselo bien saliendo de fiesta, haciendo una barbacoa, yéndose de viaje... Será que me estoy quedando desactualizado.

Lo dicho... voy a ver si "me divierto" un rato y me pongo un poco "a la moda".

martes, 11 de marzo de 2008

Zu viel

¡Hasta arriba pero contentísimo!
:-)

miércoles, 5 de marzo de 2008

lunes, 3 de marzo de 2008

Gente

Me gusta la gente cuando es anónima. Porque GENTE es una palabra que implica anonimato, masa, personas sin nombre. No quiero poner nombre a la gente. La gente es eso... GENTE. Me subo al autobús y hay unas 20 "gentes", les miro sin verles y no me siento en la obligación de saludarles ni de sonreirles. Ahí está la gracia, les doy los buenos días si me apetece. Así que mi buenos días a la gente tiene mucho más valor que mi buenos días obligado al entrar en la oficina, donde la gente ya tiene su nombre: María, Belén, Manuel, Patricia. Era gente el chico del bar de al lado de mi casa. Era, hasta que se me ocurrió un día entrar y comprar un poco de embutido y una barra de pan (es un bar-tienda). Maldita la hora. Ahora tiene su nombre y todos los días al pasar por el bar para ir al metro me giro, sonrío y saludo con la mano. Y él me responde. El puñetero bar tiene cristal. Estoy estudiando posibles itinerarios alternativos para ir al metro en los que pueda seguir encontrándome con GENTE.