jueves, 29 de octubre de 2009

domingo, 25 de octubre de 2009

Desconcertado

Realmente la vida da muchas vueltas. Uno piensa que irá por un camino y, de repente, le surgen opciones que ni tan siquiera había contemplado. ¡Es divertida la vida! Leo cómo otros cambiaron su vida del blanco al negro y eligieron una dirección que nada tenía que ver con lo que habían hecho antes. Seguro que muchos les tacharon de locos por dejar una vida encauzada y aprovechar el momento, vivir la vida. Como si un abogado decidiera convertirse en cantante de ópera, como si un médico colgara la bata para trabajar de mecánico, como si un ejecutivo cerrara para siempre la puerta de su despacho para poner un chiringuito playero... Ahora tengo esa oportunidad que no sé si aprovecharé, ni tan siquiera sé si es algo real. Cuando las cosas se salen tanto de la norma, uno ya hasta duda de si lo que ve y oye con sus propios ojos y oídos es cierto o se lo imagina. ¿Me está pasando a mí?

miércoles, 14 de octubre de 2009

París, esa ciudad inexistente

No iré a París, por lo que sea pero ambos nos mantenemos en un tira y afloja, lanzándonos miguitas el uno al otro. Pero París viene a mí sin yo quererlo, sin darse por vencida. Vi Dos días en París por casualidad, París, París gracias a Renfe y París porque era la única película en versión original de la cartelera. Es la nuestra una relación desencontrada, platónica.

En las tres encuentra uno un París diferente, en diferente momento, contada por diferentes personas. Cómo definir París. Dicen que es la ciudad del amor; 3 historias de amores y desamores. Dicen que es una ciudad dura; ahí quedan esas tragedias personales. Hablan también de su belleza; grandes vistas que le hacen pensar a uno que conoce la ciudad. Dicen muchas cosas de París. Unos la conocen en persona y otros la vemos a través de la rendija.

Si hubiera que ponerlas en orden, quizá me quedaba en primer lugar con París, por no quedarse con una sola visión, por los actores, por el argumento -si es que tiene uno solo-. Dos días en París le pisaría los talones. Gran película la de Julie Delpy, como casi todas las suyas; un poco de todo. París, París estaría en la tercera posición. Bonita historia para románticos del ayer.

Me quedo con la impresionante Juliette Binoche, impecable; el baile del viejo profesor, impresionante, ya quisieran muchos; con las vidas que se cruzan. Me quedo con el monólogo de Adam Goldberg pensando en alto; con la foto de los globos, buen detalle; con los padres de la Delpy. Me quedo también con el París más auténtico, el de los libros, el de antes; ese carácter francés.

En todas ellas, la vida juega y gana y no siempre lo esperábamos.

Voy a darte la razón, las películas de amores, siempre en francés, señores.

viernes, 9 de octubre de 2009

Basta con saber lo que uno no quiere

No quiero llegar a los 50 años y tener una casa de la hostia y nadie dentro, no quiero cenar solo todos los días, no quiero que no haya nadie que me espere a la vuelta de un viaje, no quiero hacer de un avión mi casa ni de una maleta la extensión de mi brazo, no quiero tener esa mirada, no quiero escribir mails a mis amigos, no quiero no tener tiempo para verlos, no quiero tener mi vida en un Excel, no quiero tener mis fines de semana planificados hasta marzo, no quiero tener mucho dinero y poco tiempo para gastarlo, no quiero pensar que soy mejor que nadie, no quiero que nadie pise a nadie, no quiero olvidarme de que la vida no está ahí, no quiero no poder volver a casa en dos meses, no quiero no poder pasar los fines de semana con mi familia, no quiero no tener tiempo de ir al gimnasio, no quiero funcionar por intereses, no quiero creerme el rey del mambo, no quiero jactarme de cosas que no hice, no quiero vender motos, no quiero ser injusto, no quiero mentir, no quiero ser un hipócrita, no quiero lanzar mierda sobre los demás, no quiero parecer lo que no soy, no quiero vestir trajes caros y pensar que soy mejor por ello, no quiero exigir favores a nadie, no quiero abusar de los amigos, no quiero decir la frase que quiero que pongan en mi tumba, no quiero basar mi vida en el poder, no quiero que mi vida sea una patraña, no quiero pretender que lo sé todo y que no cometo errores, no quiero ser como tú.

Lo bueno de toparse con lo que uno no quiere, es que le enseña que debe ir en otra dirección. Por todo esto, gracias.