lunes, 28 de febrero de 2011

De pájaros y flores

Es difícil pero no el primer día sino todos los siguientes del principio aunque no lleven a nada. Es la inseguridad de si le gustaré tal y como soy, si se reirá con mis chistes tontos, si querrá volver a verme, si le pareceré interesante. Es difícil esperar una llamada, un mensaje, un mail, un comentario en Facebook. Es difícil ver que un día no llegan y al siguiente tampoco y así durante una semana. Es difícil sentarte frente a frente a decir lo que sientes y a escuchar lo que no quieres oir. Aguantar las lágrimas, ésas que sabes terminarían con todo el atractivo que pudieras tener, ésas que arrastrarían toda la dignidad. Aguantas cuando quieres llorar a moco tendido y que te entiendan, que te consuelen. Es difícil fingir en eso y sonreír mientras dices, por supuesto, nadie podría enfadarse por esto, es la vida, no pasa nada, y te despides con dos besos y alguno más. Guardas tu dignidad pero te han delatado varios detalles, como que te temblara la mano al coger la copa o que tuvieras que callar y hacer como que buscabas algo en la cartera mientras intentabas poner freno al torrente. Has aguantado el tipo y de nada ha servido. Llegas a casa y lo primero que querrías hacer es llamar y suplicar. No lo haces, pero lloras. Lo peor de todo es que, en el fondo, sabes que es lo mejor. Ahí está el chiste.

lunes, 14 de febrero de 2011

Ramón-gato

Otra de las cosas que me dejó Tailandia fueron unas ganas irresistibles de escalar. Cuando vi esas paredes, toda esa gente acarreando cuerdas de un lado para otro, los pies de gato... entonces decidí que quería aprender a escalar.

No es que nunca nadie me hubiera metido el gusanillo (aunque Zipi nunca me llevara al monte :-P)... Así que este fin de semana he hecho una mini inmersión en un curso de escalada y ha sido increible. Siguientes pasos: ya estoy apuntado al rocódromo, así que sólo quedan los pies de gato... y coger aire para ir al menos varias veces por semana.

Adiós gimnasio, hola rocódromo.

viernes, 11 de febrero de 2011

Tailandia

Tailandia me ha enseñado muchas cosas. He descubierto que los dedos pequeños de mis pies son indestructibles. En breve, "Ramón de Mielina en Siam", con fotos y textos explicativos.