domingo, 12 de mayo de 2013

Radio Macuto dice: Inauguración de la exposición 21carminas

Parece que me pagan, últimamente, para hacer propaganda de www.21carminas.com. De momento no es así pero que se ande mi amiga con ojo (je je je, risa maléfica).
A lo que iba que me lío... 21carminas presenta su primera exposición el jueves 23 de mayo en Madrid. Aquí os dejo toda la información y os pido una cosa: compartid, que es vivir. No sólo la exposición, sino su grupo de Facebook https://www.facebook.com/21carminas. A una amiga se le apoya y aquí estoy, haciendo de altavoz: todos a una...
Gracias, gracias, gracias.




martes, 2 de abril de 2013

21carminas, el fotodiario de mi amiga

Un buen día me llega un mail con el título "21carminas". A punto de borrarlo -un asunto así sólo puede ser un virus y de los feos-, me acuerdo de mi amiga Carmina. Me acuerdo de sus fotos, más bien de ella haciendo fotos porque pocas veces me las enseña. La hace, las guarda, las hace, las almacena... y así desde que era chiquita. Ya iba siendo hora de que se armara de valor, las juntara y nos las enseñara.

Me dice que le haga críticas y se las he hecho, porque perfectas hay pocas cosas. Pero me gusta la web, me gusta su sencillez, su cercanía... ¡y me gustan sus fotos! Como le digo a ella, sus fotos no son unas cualquiera. Sus fotos son su vida; su vida en imágenes. Para los que la conocemos, es importante verlas porque en muchas de ellas hemos estado a su lado. En otras no y nos imaginamos cómo las tomó o qué estaba haciendo en ese momento.

21carminas no es el lugar para quien busque la espectacularidad de una foto de National Geographic sino el sitio para aquellos que quieran emocionarse con una foto, conocer la historia que hay detrás y vivir un poco de lo que ha vivido Carmina. Sí, son fotos con alma.

Le digo que echo en falta gran parte de su trabajo, para mí las más importante: los retratos, y me contesta que más adelante, hay esperanza, me digo, de ver todas aquellas fotos que me ha hecho a lo largo de todos estos años, ¡bien!

Para conocer 21carminas, entrad aquí. Para conocer más aún de 21carminas, seguidla en Facebook, es ahí donde cuenta historias.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Chávez o la niebla

Ha muerto Chávez, nada que no sepa ya el mundo entero (bendita sociedad de la comunicación de la que hablaba en el post anterior). Murió ayer o hace un mes, qué más da. También dicen que el Cid cabalgó muerto atado a su caballo en su última batalla, la de dar aliento a la tropa. En el caso que me ocupa, he de decir que estoy confundido. ¿Lo era? ¿Era un dictador? ¿Era tan malo el león como lo pintan? ¿Un incomprendido, acaso, o víctima de malísima propaganda por ir en contra de poderosos y ricos? Supongo que aquí estarán presentes las dos caras de la moneda y dependerá de a quién se pregunte pero, aún así... espero que algún día, en los libros de historia, cuenten -con la objetividad que da la lejanía y el desapego- quién fue Chávez, lo que hizo y por qué lo hizo. Yo volveré del más allá para leerlo. Malo, malísimo, bueno, santurrón. Lo que sea será. Mientras tanto, Chávez R.I.P.

martes, 5 de marzo de 2013

Hay que reirse más, coño

En el mundo en el que vivimos, no hay que dejarse contaminar. Alrededor pululan la negatividad, los cenizos y los agoreros (que se mezclan con los chorizos, mangantes y mamones de ambos bandos y de en medio). No es un mundo peor ni mejor que el que vivieron los del Imperio Romano, ni tan siquiera diferente. Si no tenemos en cuenta los avances tecnológicos, veremos que el hombre sigue siendo igual; con sus virtudes y sus defectos, con su tendencia a caer una y otra vez en los mismos errores, con su empeño en vivir en sociedad pero pensando sólo en uno mismo... es solo que ahora nos enteramos más (¡me cagüen Internet!, que dirán algunos de los cazadores cazados) de lo que nos roban, de la situación de aquí y de la de más allá. Me pregunto a veces si no será verdad lo que me anticiparon en la facultad: menos es más, mucha información satura y desinforma. Ahí estaba el truco. En la era de la información y la comunicación, estamos más desinformados que nunca. Ni siquiera leyendo todos los periódicos, rebuscando en blogs, viendo todos los canales y teniendo un amigo en cada país... nos enteraremos de qué pasa realmente. Ríos subterráneos y los primos del Guadiana por doquier. Dicho esto, seamos felices. No dejemos de luchar, pero riamos.

viernes, 15 de febrero de 2013

La muerte nos pisa los talones

Hoy he salido corriendo para poner dinero en el parquímetro. Tan deprisa iba que no he visto un garaje y menos que subiera un coche por la rampa. Tampoco el conductor me ha visto a mí.

He acabado encima del coche, como en las pelis de acción. He echado de menos una voltereta y seguir corriendo sin mirar atrás mientras el tipo me maldice y me persigue entre calles oscuras y sinuosas que siempre acaban en un callejón sin salida del que escapo saltando una verja.

No ha sido así.

Simplemente he acabado con mis manos encima del capó, el tiparraco más blanco que la cera y yo con un ataque de risa absurda de esos que me dan en los momentos más inoportunos.

Entre risas he pedido disculpas y al final se ha reído.

He seguido andando, no corriendo pero sí deprisa.

La vida pasa rápido y hoy podía haber muerto. Cualquier día puedo morir. Hoy he sido consciente de lo inseguro de la vida. De mi vida. De las vuestras.

Mañana también puedo morir.

No quiero. No te mueras.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Retórica

Me pregunto en qué momento una persona va olvidando cosas a la par que va ascendiendo en el mundo laboral. En qué momento olvida cuando fue becario y le trataron mal, cuándo deja de saber ponerse un café él mismo y requiere de alguien que se lo sirva “como a él le gusta”, incluso olvida cómo fue el desagradable proceso por el cual le echaron de su puesto anterior. Me inquieta ese proceso de des-aprendizaje y no puedo dejar de pensar qué siente alguien así cuando se da cuenta, si es que en algún momento se percata de ello, de que ya no sabe hacer una fotocopia ni imprimir un documento en un A3 –ni tan siquiera en un A4-, cuando nota que hace días que no saluda a nadie al entrar en la oficina porque olvidó decir buenos días y la gente se calla cuando entra porque olvidó tener una conversación normal que no incluyera dar órdenes tajantes sin opción a réplica.

martes, 23 de octubre de 2012

Como la vida misma

Digamos que hoy puedo afirmar que el que es un hijoputa en el trabajo también lo es en su vida personal.

Perdón por el lenguaje. Se me ocurren también otros adjetivos, como desgraciado, pero hijoputa le va que ni pintado.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Huevo, de Íñigo Díaz Guardamino

Últimamente veo pocas obras que me llenen. Pocas obras que me hagan reir. Pocas obras que me hagan llorar. Y menos que me hagan pensar. Huevo tiene un poco de todo, pero, sobre todo, tiene el mérito de haber hecho que alguien como yo, poco ducho a tener los pelos punta ni la emoción a flor de piel, haya notado un escalofrío y haya pasado de la risa sincera, a la risita nerviosa, a los ojos vidriosos que se disimulan con una tos a tiempo. 

Ya había visto alguna obra de Íñigo Díaz Guardamino (director y autor del texto de la obra) -a última en microteatro- y me declaro, a partir de este jueves que vi Huevo, fan absoluto y sin condiciones de todo lo que haga. 

Siempre hay lugar para el humor -humor negro muchas veces- pero no deja ocasión de lanzar mensajes -que no siempre el espectador capta-, de jugar con los sentimientos del público y de sorprender. Con Díaz Guardamino nada es lo que parece, en todos los sentidos. 

Actriz versátil, curiosa voz pero modulada adecuadamente... en resumen, perfecta. Él, no tanto, más al estilo de Al Salir de Clase, esa hornada de actores que copan, muy a mi pesar, los papeles de todos los medios gracias a los productores ávidos de nombres que den brillo a su obra. De ese estilo pero algo mejor, a ratos me enganchó, a ratos no. Le daría un seis y medio, no más.

La escenografía, sencilla y multiusos, está perfectamente pensada y encajada, lo mismo que los elementos que entran y salen, aunque la mayoría permanecen todo el rato en escena pero cambian de función. Lo mismo que los dos actores, que van pasando de un papel a otro y, aún viéndoles los mismos, les tomas por otros. Me gustó la sencillez de la puesta en escena y la ratificación de que no hacen falta grandes presupuestos para llevar izar el telón de una buena obra. 

Obviamente, con una buena campaña de marketing y dinero para el alquiler estaría en el Fernán Gómez o incluso en el Lope de Vega pero, sinceramente, el Centro de Nuevos Creadores, la Sala Mirador, me parece un sitio con muchísimo más encanto, el lugar perfecto para lanzar Huevo. Con el poco presupuesto -el director maneja las luces, la actriz produce y entre todos recogen- Huevo ha demostrado que se puede llenar (porque ha llenado casi todos los días) un aforo sin los presupuestos que se manejan en la Gran Vía, tan sólo con el boca a boca.

Ese mismo boca a boca que va a hacer que vuelvan a llenar cuando repongan en otro teatro, aún por confirmar, en poco más de un mes. También en Madrid, con el mismo reparto, el mismo director y autor a las luces y las mismas ganas de dar de ellos lo mejor cada día. Ahí estaré yo, si no en primera fila -que no me gusta- en la tercera o cuarta.

Lo dicho, si queréis ver algo que merezca la pena, ved Huevo. Hasta mañana domingo, pero en nada en otro teatro. Atentos a la información de carteleras y a los nuevois movimientos del director.

martes, 22 de mayo de 2012

Susana

Susana viene a mi casa cada jueves y se pelea con las pelusas que he ido acumulando durante la semana a las que he ido incluso cogiendo cariño. Susana llega puntual a las cuatro de la tarde cuando yo estoy en esa hora crítica en la que uno no sabe si irse a patear Madrid huyendo de la pereza o lanzarse en el sofá y dormir a pierna suelta. Es abrirle la puerta y acabarse la tranquilidad. Excesiva toda ella, Susana es una mujer grande. Cuando digo grande, digo alta, digo entrada en carnes -que no gorda-, digo con el pelo rizado, largo y cardado... Se ríe como cabe esperar de una mujer de su tamaño y su tono de voz es grave como el de un hombre. Ha tenido varios hijos y yo sólo puedo imaginármelos vestidos de soldados... su casa debe de ser como un cuartel del ejército. A la voz de "¡arriba!", todos en pie y ¡ay del que se despiste! Me cae bien Susana, claro que gracias a ella aprovecho más las tardes porque según viene a mí me dan ganas de irme corriendo; es como tener una segunda madre. Todas esas preguntas (qué hiciste el fin de semana y con quién, por qué no está hecha la cama, anda que no acumulas porquerías en la mesa, pero qué es esto que has tirado, cómo no metiste el pollo en el frigorífico...) me las hace de corrido y casi sin esperar respuesta por mi parte. Entonces farfullo un par de excusas, ella me da un pescozón y yo salgo huyendo de ese torbellino de mujer bienintencionada que me quiere y atosiga por partes iguales. Esa locura de amor por mí viene desde que nos conocimos, hace ya años, cuando yo tenía 15 años y apareció de buena mañana en casa de mi madre. Igual de grande, igual de ruidosa y con yo recibiendo los mismos pescozones. Ahora se ha convertido en espía y facilitadora de comunicación para mi madre; confabulan ambas los viernes que es cuando Susana va a la casa de mamá. Puedo imaginármelas riéndose de cómo a mis más de treinta años sigo haciendo las mismas cosas que cuando era un imberbe adolescente. Susana y yo tenemos diferente sentido del orden y tenemos una lucha encarnizada y silenciosa, a modo de guerra fría, de la que no hablamos pero que nos pone de los nervios a los dos, claro que ella tiene la sartén por el mango. Por ejemplo, yo considero que los cuchillos tienen que estar en el segundo hueco del primer cajón de al lado del horno; Susana no lo sé, porque desde hace un mes pierdo a razón de un cuchillo cada semana, casualmente los jueves es cuando suelen extraviarse. No le pregunto por orgullo, porque sé que me dirá "en su sitio". El otro día día, sin ir más lejos, desapareció la alfombrilla del baño. En mi casa hay un baño completo y un aseo. Susana considera que la alfombrilla está mejor en el aseo, vete tú a saber por qué. El caso es que estuve dos semanas hasta que la encontré. Y así con todo; el salero, las revistas, el papel higiénico, las camisas, los manteles... Creo que ella disfruta haciéndome estas pequeñas perrerías sin importancia. No tengo una madre, tengo dos; y la segunda se toma muchas más licencias que la primera porque, no siendo mi madre verdadera, sabe que nunca le diré nada. De todas maneras y a pesar de todo, me gusta tener dos madres. Qué es un cuchillo a la semana. Algún día los encontraré todos y podré poner una tienda.

domingo, 20 de mayo de 2012

Pero te quiero...


No puedo parar de reir... ¡¡Este vídeo es genial!!

domingo, 12 de febrero de 2012

Busco el sentido del humor

¿No somos nosotros los primeros en reírnos -y ridiculizar- de todo y de todos a través del papel, de la TV, de la radio y de todas las maneras posibles? Qué ha pasado que ya no somos capaces de reírnos de nosotros mismos... y, mucho menos, de dejar que otros hagan chistes. Si los leperos se enfadaran así cada vez que alguien hace una gracia a su costa, o los giputxis... ¿Dónde está nuestro sentido del humor?

Lo más triste no es que lo hayamos perdido, que pena ya me da... Lo más triste es que, con lo que tenemos encima, unos guiñoles se hayan convertido en cuestión de estado (literalmente).

Sinceramente, señores, a mí me importa mucho más la reforma laboral, el paro, cómo empresas se aprovechan de la crisis para hacer limpieza y muchas otras cosas más. Entre ellas, me importa mucho más que un guiñol francés qué película ver esta noche, si La Cinta Blanca o Gato Negro Gato Blanco.

He dicho.

domingo, 29 de enero de 2012

Joe Black o la Muerte nunca fue tan paciente


"¿Conoces a Joe Black?" no es mi película favorita. Ni mucho menos. Buenos actores como Anthony Hopkins o Brad Pitt no son suficientes para que esta cinta entre en mi filmoteca particular. No, señor. Sin embargo, hay algo que me gustaría que Joe hiciera por mí. 

Joe, por favor, cuando vengas a buscarme, avísame con tiempo, antes de que sea tarde, cuando aún pueda arreglar mis asuntos pendientes y dame unos días. Dime palabras de consuelo y apóyame en esos momentos. Dime que no tengo que preocuparme ni por mi eternidad ni por lo que dejo atrás... y que todo irá bien. 

Película bonita, sentimentaloide... y mentirosa. Cuando me muera, quiero que sea Joe, y no otro, el que venga a buscarme.

sábado, 28 de enero de 2012

Lily Allen

Nacida Lily Rose Beatrice Allen, se me antoja más una amiga de mi hermana que una estrella del pop. Lily me hace sentir cómodo. La miro y la imagino en su casa en un día de resaca o tomando un Cola Cao con su cuadrilla o paseando el perro por el muelle mientras escucha "Copa Rota" de Los Rodríguez, sintiéndose desdichada a más no poder.

Si sólo escucho sus canciones, me gusta. Me gusta mucho. Gran artista. Si la veo a ella, me parece una chiquilla, buena, buenísima voz la suya, que no se cree que esté ahí subida al podium de la fama. Si bien es verdad que en los últimos tiempos sus asesores han hecho una grandísimo trabajo con ella, no deja de parecerme una de esas chicas que en el colegio llevaba gafas, aparato, tenía granos y era poco popular... y que, con mucho tesón, rabia y trabajo, ha conseguido dar la vuelta a la tortilla para entrar en el club de las populares.

Sintiéndolo mucho, Lily, para mí sigues siendo esa pringada-pero-buena-persona del colegio. Aunque te rodees de gente chic, aunque lleves tacones de vértigo, seas imagen de grandes firmas o poses poniendo morritos a la cámara... A mí no me engañas: tú  no eres guay. Y eso es lo que me gusta de ti.

No sé nada de tu vida y, si me preguntas, tampoco sabría decir el título de dos canciones tuyas... pero te acabo de ver en la TV, en un videoclip vaquero vestida con un mono blanco... y me has vuelto a gustar.