¿No somos nosotros los primeros en reírnos -y ridiculizar- de todo y de todos a través del papel, de la TV, de la radio y de todas las maneras posibles? Qué ha pasado que ya no somos capaces de reírnos de nosotros mismos... y, mucho menos, de dejar que otros hagan chistes. Si los leperos se enfadaran así cada vez que alguien hace una gracia a su costa, o los giputxis... ¿Dónde está nuestro sentido del humor?
Lo más triste no es que lo hayamos perdido, que pena ya me da... Lo más triste es que, con lo que tenemos encima, unos guiñoles se hayan convertido en cuestión de estado (literalmente).
Sinceramente, señores, a mí me importa mucho más la reforma laboral, el paro, cómo empresas se aprovechan de la crisis para hacer limpieza y muchas otras cosas más. Entre ellas, me importa mucho más que un guiñol francés qué película ver esta noche, si La Cinta Blanca o Gato Negro Gato Blanco.
He dicho.
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5 comentarios:
Por fin alguien dice algo con sentido. Gracias :-)
pues yo igual y añado: las dos pelis que has puesto como ejemplo me encantan!
bss
,-)
Yo nunca me lo he encontrado, por eso todos se reirán de mi.
Saludos y un abrazo.
Ya sabes como somos los españolitos cuando nos tocan la "dignidad", aunque, como muy bien tú apuntas, deberíamos ser bastante más dignos en cuestiones mucho más elementales.
Un saludo.
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