lunes, 24 de septiembre de 2007

Los pequeños placeres de la vida

El tiempo pasa rápido y no me da tiempo a pararme a pensar.

Necesito recuperar el placer de desayunar en la terraza con 3 periódicos y un montón de revistas alrededor y estar 2 horas ahí sentado, recién duchado y comiendo una y otra tostada, fruta, el cola cao... Después un paseo largo por un Madrid de domingo.

Quiero también volver a pasarme una tarde entera tirado en el sofá leyendo enganchado a un libro que quiero devorar y que me da pena que termine. O hacer maratón de series.

Puede que me viniera más que bien un fin de semana de relax absoluto, en una casa perdida, sin móvil, sin oir ni un solo coche y con un porche con sus sillas y sus mesas. Pasear por el campo sin prisas y con sol de invierno (el sol más bonito del año). Pasear según acaba de terminar de llover y el olor a tierra mojada... Hablar hasta tarde con la manta de cuadros en las rodillas. Nada de televisión, a lo sumo una peli bonita y estúpida con la que pasar un buen rato.

Cocinar cosas nuevas en compañía (crema de calabacín) siempre hace que me olvide del resto. De hecho, mi siguiente libro va a ser uno de recetas, de esos que tienen muchas fotos. ¡Tiembla Arzak, Ramón tiene nuevo hobby!

Hace mucho que no pinto, pero esto es normal... en mi vida, la pintura y la fotografía no parecen poder convivir. Si pinto no hago fotos, y viceversa. Lo cierto es que pintar me relaja.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Inventamos el ruido para no pensar, que si pensamos demasiado nos ponemos tristes... esto lo oí el otro día en algún sitio y me parece que a la idea no le falta razón; pero la verdad que es bueno relajarse de vez en cuando y no estar pendiente del reloj, de cien mil cosas a la vez... y disfrutar de lo sencillo, de la vida cotidiana. Precisamente ayer por la tarde me di cuenta de que no había salido de casa en todo el día, no eché en falta las obligaciones diarias. Es un buen síntoma del fin de semana, a que si?
Por cierto, a ver para cuándo unas trufas de chocolate :-)

Ramón de Mielina dijo...

Unas trufas de chocolate... mmmmm! ¡Será divertido volver a las andadas! :-)

Anónimo dijo...

Tu planteamiento Ramón sólo tiene una pega... ¿quién se levanta de la cama para comprar los periódicos y el pan un domingo por la mañana? Ahí comienza la pelea...

Ramón de Mielina dijo...

Cada uno tiene su cometido y lo sabe... uno compra los periódicos y las revistas (y de paso los bollos)... otro friega... :-) Luego está el típico listillo que dice "pero si la última vez los bajé a comprar yo..." ¡y miente como un bellaco!

Anónimo dijo...

me apuntaria a ls clases de cocina.

Anónimo dijo...

uno de mis pequeños placeres: escaparme con el coche y conducir hasta cansarme. ¡relajante!