jueves, 6 de septiembre de 2007

Ramón en China (V)

¿ALGUIEN QUIERE UN PRADA POR 30 EUROS?

Hoy tocaban las últimas compras. Como si no tuviéramos suficiente con el Mercado de la Seda de Beijing, hoy hemos ido a Shenzhen.

A menos de una hora de HGK (contando aduandas, etc. hora y media) en tren, nos hemos encontrado con una ciudad más bien gris y, cómo no, con sus torres y sus miles de centros comerciales. Desde HGK también se puede llegar en ferry pero ya me mareé ayer y, además, tarda prácticamente lo mismo.

Es la ciudad de las falsificaciones. Puedes encontrar imitaciones de prácticamente todo: Loewe, Balenciaga, Prada, Gucci...

Hay varias cosas a tener en cuenta:

1. Si se viene con intención de hacer buen negocio y comprar la mejor calidad al mejor precio, mejor ir al Mercado de la Seda.

2. Siempre empiezan ofreciendo con un precio 3 veces superior al razonable (teniendo en cuenta los precios de aquí, claro).

3. Se regatea siempre. Hay que perder la vergüenza y tirar lo más bajo que se pueda. Nunca pagar más de la mitad de la primera cantidad que te han ofrecido (como muchísimo). Cuando llegan a su límite real, lo notas porque se enfadan.

4. Cuando compréis bolsos, pedid siempre cuero bueno. Hay que insistir porque te la intentan colar una y otra vez. Tienen el mismo bolso en varios materiales diferentes y nunca enseñan el bueno a la primera. Hay que ir con cuidado para que no te den gato por liebre.

5. Hay que ir con dinero en efectivo. De hecho, muchas veces la tarjeta es inútil porque no te la aceptan (restaurantes, etc.), de aquí que convenga llevar todo el dinero -o por lo menos gran parte- desde España y no confiar en poder sacar aquí. En los mercadillos te la pueden aceptar pero como les cobran margen puedes regatear menos.

6. En Shenzhen bolsos y carteras. En Beijing de todo, más barato y de mucha más calidad.

7. Shenzhen es China así que hay aduanas y la moneda cambia (aunque lo normal es que acepten HGK $).

Los chinos regateando me han parecido bastante más agradables que los moros. Se ríen y puedes llegar a estar bastante tiempo en una misma tienda pero al final siempre llegas a un buen precio y nadie se enfada realmente. No son tan agresivos a la hora de vender. Sabes que muchas veces te están tomando el pelo pero lo aceptas en mejor grado por su forma de tratarte.

Ha sido divertida la experiencia pero entre el Mercado de la Seda y la jornada de hoy... ¡he tenido suficiente!

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