Es curioso que las cosas más tontas sean las que hagan que dos personas que, a priori, se importan mucho, dejen de hablarse sino para siempre, sí durante una buenta temporada. Pasa a veces que estas absurdeces vienen de ambas partes pero, en ocasiones, es unilateral y la parte que en ese momento no cae en el "ilogismo" -si es que se puede decir así- se queda con cara de tonto dando pasos hacia el reencuentro sabiendo que nada puede hacer hasta que la otra persona decida darlos también. A veces he sido yo el de la venda pero, en esta ocasión soy el que busca la solución sabiendo que no queda sino esperar. Ramón triste. Ramón no entiende, sobre todo, se sorprende.
10 comentarios:
Uff, como me suena eso, me ha pasado lo mismo más de una vez...a veces a habido reencuentro, y otras muchas no. Espero que si es alguien que te importa de verdad, se de cuenta y vuelva hacia tí.
Debe ser por eso que nunca comentas en mi blog....jajajaja
;)
¡Hola Ramón!
He pasado por lo mismo varias veces, y conozco las sensaciones y la cara de gilipollas que se te queda.
¡Dale tiempo al tiempo!
De momento, disfruta del fin de semana.
MIGUEL
Ey Ramón ¿Donde está mi coment? No seas antipático. ¡¡Jo!!
;)))
Tú tienes cinco míos para comentar al libre albedrio. ¡Qué antipático! Ahora me enfado y no te hablo más. Ale.
Aneleeeeeeeee, ahora mismo me paso por tu blog!!!! que no se diga!!! :-) jajaja
Me parece que es una sensación conocida por todos (infelizmente!)
Ramón tendrá que esperar y ser paciente porque Ramón es listo.
Si, pasa... y es un poco desesperante, ver el horizonte con claridad y el otro... venga a dar vueltas...
Uf, paciencia amigo.
Un beso, cielo
Natacha.
Amargo y triste es el enfado,
¿quien es el desafortunado?
solo se me ocurre una tableta de buenrollismo... lo demás, tiempo. Ánimo Ramón!
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