Estoy en una habitación gris de techo alto, sentado en una esquina. En medio del cuarto hay un papel en blanco y un lapicero negro. Desde el techo, por el ventanuco, llega apenas un rayo de luz que ilumina directamente el folio. No hay puerta en la estancia y yo sólo puedo mirar la hoja impoluta que espera ser escrita. Tengo la mente vacía. No hay imágenes más allá de las que ya he visto. No puedo imaginar el futuro. No hay textos aparte de los que ya he escrito, de los que ya he leido. No distingo el día de la noche, siempre es la misma luz, el mismo color gris, el mismo papel desafiante. Yo sigo en mi esquina pero le miro sin apartar la vista. Voy a encontrar la puerta.
15 comentarios:
No te fies de los techos altos, son más peligrosos.
Seguro que sí...levanta la vista del papel, mira al frente...ahí está la puerta
Te dejo un beso.
Que agobio, cielo.
Joer.....me has hecho recordar CUBE.
Qué bueno este texto...
Cada día estás más místico. Qué barbaridad.
¿Has mirado en tu corazón?
Un beso, cielo.
Natacha.
¡Hola Ramón!
Tal vez en la hoja y el papel esté la salida.
MIGUEL
La puerta de la salida está en ti.Cómo estan los animos ultimamente.
Falta algo... :P
No te agobies, la puerta está ahí, solo que no te has fijado bien, tomatelo con calma. Un abrazo
Pues yo de ti, dibujaría mi propia puerta en el papel que tienes... y más, dibujaría el otro lado tbn!
Describes la idea de una carcel perfectamente...
Uf, me has dejado en blanco
Enciende una luz, a lo mejor así...
Publicar un comentario