A pesar de su desafortunada portada y peor frase resumen,
El tiempo entre costuras es un buen libro (mi madre, su descubridora, a cada uno su mérito). En principio siempre tengo reticencias hacia esos libros que hacen historia novelada porque nunca se sabe hasta qué punto los datos aportados son falsos o no. Claro que tampoco puede uno fiarse 100% de los libros de historia, depende de la cuerda.
En cualquier caso, si os habéis quedado sin lectura, os recomiendo el libro de María Dueñas. Un estilo fresco el que se gasta la escritora, nada
rimbombante. De hecho, sorprende su facilidad de pluma; da la sensación de que todo salió de su imaginación cuando, en realidad, el trabajo de investigación ha sido amplio.
De la guerra Civil, del Protectorado de Marruecos, de los nazis en España y alrededores, de los ricos y mucho menos de los pobres...
El tiempo entre costuras lo tiene todo. El ave Fénix en forma de Rosalinda Fox y Sira Quiroga. Y tantos otros.
Me ha hecho gracia haberme encontrado en sus páginas con el resturante Botín justo dos días después de haber comido en él -por primera vez- con
Tiger and Milk, los padres de Tiger y con la Chica Vaporosa. Buena comida, buena compañía. Dicen que es el restaurante mas antiguo del mundo. Quién sabe. Yo lo pasé genial. Si vais, mejor compartid los platos porque son los más grandes del mundo... ¡o casi! ;-)