lunes, 24 de agosto de 2009

Aire fresco

Uno huele el final; sin saber cómo, el final ha llegado. Normalmente uno tiende a alargar ese final y se pregunta por qué no acaba con la agonía de levantarse cada mañana con ese sabor amargo, con esas duchas pensativo, ese camino hacia allá mirando al suelo. Uno debería plantar cara -y plantarse, de hecho- y dejarlo atrás... pero no puede. Cómo descubre uno qué es lo que quiere, lo que quiere de verdad. Cómo se deshace uno de lo superficial, de lo prescindible, para encontrar lo que realmente importa. Todo sería más fácil si aquello que se esboza allá en la lejanía fuera nítido. Todos esas ansias, esas esperanzas fálsamente depositadas -por otros en uno y por uno en otros-, esos planes imposibles, inconclusos, dañinos... esa vida que no es la mía. ESTA vida. No es la mía.

4 comentarios:

Eva dijo...

Ni te imaginas como te comprendo.

Natacha dijo...

Ramón... muy complicado. Momentos como ese hacen que la vida en ocasiones, sea dura y complicada.
Soy de la opinión de dejar que las cosas sucedan... pero hay momentos en que la vida te empuja de tal manera que uno debe frenar y pensar si es por ahí por donde quiere ir.... y entonces... ¡Ya está el lío formado! pensar, meditar, cabizbajo, dudas, temores... uf.. agotador y agobiante.
La vida debería ser algo menos complicada...
Un beso, cielo.
Natacha.

Ana dijo...

¿ Qué "Cómo descubre uno qué es lo que quiere, lo que quiere de verdad. Cómo se deshace uno de lo superficial, de lo prescindible, para encontrar lo que realmente importa"?.

Túmbate en el suelo.
Relájate.
Ahora no te muevas. Voy a sentarme encima de ti. Justo a la altura de tu pecho. No, no te muevas! Ya lo sé. Peso. Tranquilo podrás aguantarlo. De momento. Cuando lleves diez minutos conmigo encima el esfuerzo que habrán de hacer tus pulmones empezará a angustiarte. No lo hagas, si te pones nervioso será peor. Yo pienso seguir encima. Cuando pasen 20 minutos, el esfuerzo por respirar y que entre aire a tus pulmones será titánico. Si intentas quitarme de encima tendrás que pelear (yo no me pienso mover) y eso hará que te canses más y más. Tus bronquios acusarán el esfuerzo y se cerrarán.

No dejes de leer ahora, Ramón,
por favor!.

Cada vez que intentes inflar el pecho para que te entre el aire mejor a los pulmones el cansancio multiplicará por cien mi peso. Cuando lleves una hora ya no hablarás, ni gritarás para que me salga de encima, ni siquiera te moverás. (Habrás aprendido a economizar tu esfuerzo para no cansarte y poder respirar aunque sea poco y mal) Las lágrimas correrán por tus mejillas y entonces y sólo entonces sabrás la respuesta.

Ahora me quitaré de encima.
Dime, Ramón, ¿sabes ahora lo que quieres de verdad, te has desecho de lo superficial e imprescindible?.

Lo imprescindible eres tú.
Llenar de aire los pulmones.
Ser coherente y respetuoso contigo mismo. Por encima de todo y de todos. No es la sociedad, ni lo "establecido" quien llena tus pulmones, eres tú. Y para ello has de estar en las mejores condiciones. Si no lo estás, pronto dejarás de "respirar".

Soy asmática. Sé de que te hablo.
Yo "me planté" en noviembre del año pasado. No ha sido fácil. Ni agradable y esto no ha hecho más que empezar (la sociedad estigmatiza a los que se "plantan") pero por Dios! que no voy a permitir que ningún "peso" se instale en mi pecho de nuevo y me impida respirar.
Cueste lo que cueste:
y me refiero a ese "Todo sería más fácil si aquello que se esboza allá en la lejanía fuera nítido".

Respira Ramón.
Sólo eso.

Un abrazo y disculpa si mis palabras te importunaron.

Funcionario's blog dijo...

Gracias por pasarte por el blog, que resulta que no te tengo en "Seguir".

Creo que si uno se conoce a sí mismo de manera profunda (y no me refiero a conocer el ritualismo o el tribalismo), de esas que la new age llama "transpersonal", puede uno comprender qué, cómo, de dónde y hacia dónde.

Pero esto son divagaciones. Un saludo y felicidades por las vacaciones.