Ahora todos le critican. Pobre hombre, pasará lo que le quede de vida entre rejas, valiente hijoputa (en el mejor sentido de la palabra). Y digo yo que qué tienen que decir todos esos poderosos que le confiaron su dinero para conseguir intereses escandalosos, sin preguntar -más que a su almohada y en la intimidad- cuál era su secreto. Funcionó la máxima de ojos que no ven, corazón que no siente y la avaricia. La avaricia de los ricos. Pero todos queremos ser ricos.
En esta vida, los ignorantes son los felices. Yo quiero ser tonto.
Pobre hombre que ya llegaba al fin de su vida con alegría y ahora volverá al blanco y negro. Repudiado a voz en grito, y delante del mundo entero, por sus hijos, a quienes -por cierto- arrastrará a la cárcel. Quién sabe, lo mismo acaban todos juntitos, como buena familia, a la sombra durante una buena tanda de años. Porque el papel de la mujer y el de una nieta también está en entredicho. Tendría gracia.
Sus hijos, malditos cuervos. Se enriquecen, se aprovechan, utilizan la misma técnica que los inversores "ingenuos" y luego reniegan. Un poco de coherencia, un poco de dignidad. Después de todo, quién les iba a creer. Habrían quedado mejor, pero ahora ya qué importa.
Me parece bien que vaya a la cárcel pero, al fin y al cabo, es la vieja historia de siempre. El querer más y más. A mí me parece un genio y, sí, un hombre hecho a sí mismo. Todos ellos querían lo imposible y lo tuvieron durante muchos años. Qué se creían. Los cuentos de hadas no duran para siempre, ni para unos ni para otros.
De todas maneras, esto me recuerda a aquél que denunció a uno que se hizo pasar por retrasado. Resulta que el supuesto retrasado le vendió como premiado un boleto de lotería y consiguió que el tipo le pagara por el una cantidad alta haciéndosele la boca agua. El retrasado no era tal y el boleto valía tanto como un papel usado; su gozo en un pozo. Y va el canalla y lo denuncia. El timador timado.
Las apariencias engañan. En el fondo, todo son apariencias. Cuántos tipos como él hay en el mundo. Demasiados.
Todo es mentira, todo son pirámides.
martes, 30 de junio de 2009
lunes, 29 de junio de 2009
R.I.P.
Día y hora de la defunción: Lunes, 29 de junio de 2009, hora desconocida
Hace poco más de un mes me compré una planta de hierbabuena con su macetita y sus hojas verdes y lustrosas. La compré para hacer mojitos. No le debió gustar la idea porque en seguida se mustió. Pensé que le faltaba agua y le eché agua. Seguía “hoji-baja”. Pensé que le vendría bien más luz y la puse más cerca de la ventana. No era la luz; cada día estaba peor. Hablé con el dueño de la floristería de al lado de mi casa y me dijo que lo que le pasaba a mi hierbabuena era que necesita estar al aire libre (menos mal que no me dijo que tenía que hablarle porque me habría sentido un poco estúpido hablando con mi planta, bastante que hablo con mi gata). Así que, no lo pensé más, la puse todo el día al lado de la ventana abierta, todo el día con sol y con aire. Como a las hierbabuenas les gusta, dicho y hecho. Total, que mi hierbabuena lo que debía querer –ahora lo sé- era un jardín con más hierbabuenas con las que compartir bichitos, algún que otro hierbajo, si puede ser un rosal y unas cuentas margaritas. No supe entenderla y ahora me arrepiento. Por cierto, ¿qué se hace con una planta muerta? Si la entierro, igual renace; pensaré en ello.
Mientras tanto… descanse en paz hierbabuena –y mojitos-.
viernes, 26 de junio de 2009
Pobre niño rico
Últimamente algo pasa que todos mis mitos mueren... Hace nada dijimos adiós a uno de los grandes, Benedetti, y ahora Michael Jackson. Un verano fui a Londres hace muchos años y me gasté todo lo que me quedaba -dos perras gordas- en un vinilo suyo. Me alimenté de McDonalds el resto del mes. Aún lo tengo. Me dice un amigo, vaya, todos morimos, incluso los famosos.
Dirán lo que quieran pero para mí, Michael seguirá siendo un niño grande, un niño al que le llovió el dinero y la fama y se quedó a medio camino entre la niñez y la edad adulta. Dicen que fue un pederasta, odio los pederastas, quién no, pero nunca sabremos si las acusaciones eran o no ciertas. Uno es inocente o presunto culpable hasta que se demuestre lo contrario.
Dirán lo que quieran pero para mí, Michael seguirá siendo un niño grande, un niño al que le llovió el dinero y la fama y se quedó a medio camino entre la niñez y la edad adulta. Dicen que fue un pederasta, odio los pederastas, quién no, pero nunca sabremos si las acusaciones eran o no ciertas. Uno es inocente o presunto culpable hasta que se demuestre lo contrario.
Quizás algún día uno de sus tres hijos decida contar su historia y nos aclare algunas cosas, aunque por qué tendría que hacerlo. Quizá supiéramos cómo era el día a día del que ha sido un mito viviente, aunque saberle rascándose los huevos mientras lee el periódico en camiseta de tirantes y calzoncillos le quitaría bastante encanto a mis ojos. Hablando de Charlie y la Fábrica de Chocolate, Michael Jackson se me antoja una suerte de Willy Wonka. Igual de loco que él. Igual de entrañable. Al menos, así lo veo yo.
Me abstraigo de las acusaciones de pederastia nunca probadas -dicen que pagó a las familias pero si fuera culpable, nadie habría pasado por alto un delito tan horrible como abusar de un niño, nadie con corazón- y le mando un saludo desde acá. Porque Michael Jackson, a pesar de los pesares, seguirá en el Olimpo de los Dioses musicales por mucho tiempo. Nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, escucharán sus discos. Como The Beatles, como los Rolling, como ABBA... como tantos otros grandes. Espero que vuelva a ser negro allá donde esté. Es lo mejor que podría pasarle.
jueves, 25 de junio de 2009
Cuidado con lo que sueñas... podría convertirse en realidad
Si tuviera que definir esta película con una sola palabra, la palabra adecuada sería INQUIETANTE. Aunque la niña me recuerda ligeramente a Emily the Strange con su gato negro y el decorado es claramente la continuación de Pesadilla antes de Navidad (por algo sale de la misma fábrica), tengo que decir que me ha gustado mucho Los Mundos de Coraline. Procuro no ver películas de miedo, llamadme gallina, y me he metido al cine sin pensar lo que iba a ver (que no es que sea de miedo, pero yo tengo mi límite miedica muy bajo). No había leído la sinopsis de la película pero quería verla. Ha sido amor a primera vista... claro que... nunca he sido bueno en cuanto a primeras impresiones se refiere. No ha sido lo que parecía pero ha estado bastante bien. Venía yo de pasear por la orilla del mar y, ya camino a casa, he visto el cartel en el cine y me he metido. Ha sido increible sentir cómo olvidaba qué había fuera del cine durante la hora y media aproximadamente que ha durado la película y cómo esperaba cruzarme con el gato con cara de listillo a la salida. Hacía tiempo que no iba al cine y me olvidaba de las palomitas y ni las echaba de menos. He pasado miedo, me he reido solo y me he revuelto en el asiento de los nervios. Una buena peli. Sin duda, no apta para niños; hecha por una mente perversa. Le doy un 9, por aquello que decían en la universidad de que el 10 es la meta que nadie consigue. Mi único comentario negativo es para las gafas de 3D... deberían inventar algo más cómodo.
martes, 23 de junio de 2009
Tanto tiempo para nada
Me diréis que cómo es posible que no hubiera visto Pretty Woman. Pues no, no la había visto. Llevaba tiempo para verla... y qué decepción. Me hizo gracia volver a ver esos pelos a lo nido-dado-la-vuelta, esas hombreras, esos estampados imposibles... Pero fuera de esto, sigo sin entender qué tiene de especial esta película aparte de una pésima interpretación por parte del galán de pega y la mediocre actuación de Julia Roberts (algo que me ha sorprendido, esperaba más, es bueno ver que ha mejorado con los años).
Mi resumen es que es una comedia de sábado a la tarde.
Supongo que en su momento tuvo gracia la historia de la Cenicienta adaptada a los tiempos modernos pero he visto miles de películas igual que ésta. Para pasar un buen rato puede, pero poco más. Lo dicho: decepción.
Me lo expliquen.
Mi resumen es que es una comedia de sábado a la tarde.
Supongo que en su momento tuvo gracia la historia de la Cenicienta adaptada a los tiempos modernos pero he visto miles de películas igual que ésta. Para pasar un buen rato puede, pero poco más. Lo dicho: decepción.
Me lo expliquen.
viernes, 19 de junio de 2009
Cosas que echo de menos
Desayunar en la terraza de la casa de la abuela con las golondrinas dando vueltas / la molleta / el olor a higuera / los higos recién cogidos / mis padres / bañarme en el río / mi gata / las excursiones de verano / quedar para tomar algo y acabar a las mil / los campeonatos al rey de la mesa / volar abuelitos / jugar a polis y cacos por el huerto / coger pimientos / las botas de agua / dar un portazo / jugar a las palas / ir a por helados a Falces / pasear con Ángel y Mus / los restos de las glorias / tú / mi bici BH roja / los veranos de 3 meses con todos los primos / los viajes en coche todos juntos / las cenas a las 10 y media / pasear por el muelle / bajar a la planta 3 / Comer espaguettis en Sopelmar / cuando Ale venía a casa / ir a buscar un Todo a 100 un domingo / los crucigramas del abuelo / las delgadillas / las gafas de freir / Alemania / la verdura y la fruta con olor de verdad / hacer mermelada de albaricoque / coger moras y endrinas / mi padre viendo ópera / las excursiones a buscar a los indios por el río / los planes de cinco minutos de mi hermano mayor / contar granos de arroz / el chinchón y la escoba / las pesetas gordas / las acuarelas de la abuela / bajar a Zosi a hacer un recado / Gente Menuda / el Ford Fiesta / hablar con Mónica en la zona / viajar / la Plaza Olavide / el Kundum / el plató / discutir con Carmen a las 7 de la mañana / los no-Cola Caos de Andrés / ir andando a Aedo / las mediditas / el caldo gallego / salir de litros en fiestas / tu buen rollo / las fiestas de Bilbao / las visitas de la Debo / la sopa de pescado de mi madre / el grupo antes / Sanfermines / la casa fantasma / sacar fotos a Lu / la Latina / trabajar en el Down Under / lo que perdí en Berlín / los viajes de vuelta a Madrid con los del 13 / Madrid / montar a caballo / el moño / ir de vacaciones todos juntos / Inés / llorar a moco tendido / las fiestas de verano / los ligues del colegio / hablar horas con tito Txus por teléfono / pintar / mi padre tocando la guitarra / los concursos de cuentos de Navidad / el postre especial por el cumpleaños de la directora / la primera vez que volví
Podría seguir.
Podría seguir.
jueves, 18 de junio de 2009
La vida es lo que tiene
Tiene gracia que Hillary Clinton se haya roto un brazo camino de la Casa Blanca... también perdió el culo (metafóricamente, a la vista está) hace unos meses y no consiguió nada. En el fondo, yo sé que algún día será presidenta de los Estados Unidos de América. ¡Dios salve a la (futura) presidenta!
miércoles, 17 de junio de 2009
L´Antic Teatre
El otro día me llevaron al L´Antic Teatre (Barcelona) y me gustó. Obras de teatro y demás pero también un buen sitio para tomar unas cañas, dentro o fuera. A mí me gustó más fuera.
http://www.lanticteatre.com/castellano/index.html
http://www.lanticteatre.com/castellano/index.html
jueves, 11 de junio de 2009
Muerte al cilantro
Hace 2 años pedí una ensalada en un restaurante cerca de mi casa y sabía a jabón. No era jabón exactamente, era mucho más desagradable; pensé que habrían lavado mal los platos. Pregunté y así es como conocí el cilantro, me jodió la ensalada. "Es cilantro señor". Un jarro de agua fría. Hasta ese momento el cilantro era un desconocido para mí, pedí mil veces antes esa ensalada y nada, no sabía a jabón pasado. Y, de repente, ahí estaba, la estrella de la cocina fusión: el cilantro. ¡Me cagüen tó! Desde entonces no ha dejado de dar por culo.
Me acuerdo también, una noche en Londres, cuando pedí la mejor sopa del mundo y ahí estaba el jodido cilantro flotando inocentemente entre los trozos de pescado, como si la fiesta no fuera con él. Imposible quitarlo, estaba por todas partes. Esa noche pasé hambre y asco, mucho asco.
Ahora todo se adorna con cilantro. ¿Qué ha sido de nuestro perejil de toda la vida? Ese perejil verde y sano que adornaba los pescados y se ponía en el borde de los platos. A nadie en su sano juicio se le ocurría esconderlo a mala idea en una sopa para joderme la cena. Perejil... cuánto te echo de menos. Todo esto es culpa de la globalización. Yo no quería conocer el cilantro de los cojones, ese primo capullo del perejil. Es más, ¿dónde narices estaba el cilantro cuando el perejil lidiaba con todos los platos, pluriempleado? Es un advenedizo de los cojones.
Ayer me pusieron cilantro en todos los putos platos y eso que pregunté. ¿A quién coño se le ocurre poner cilantro al guacamole? No, si a este paso, empezarán a poner yogur con cilantro, helado de cilantro, almejas a la marinera con cilantro... ¡puaj!
Lo peor es que muchas veces ni lo ponen en la carta. Yo quiero que pongan "cuidado, el cilantro te espera en los platos 5 y 8" o "ándate con ojo que hemos puesto cilantro en el pollo", o más fácil todavía "aquí somos modernos y lo ponemos todo con cilantro, te vamos a joder la cena". Entonces yo, tranquilamente, me levantaría y me iría a otro restaurante.
En cambio, ahora hasta cuando voy al Burguer King digo "por favor, no me ponga cilantro, ODIO EL CILANTRO" y, aún así, siempre me encuentro algún hijoputa que me sigue poniendo cilantro. ¿Qué parte de "ODIO EL CILANTRO" no entienden los camareros? Maldito hierbajo. Ahora mismo me voy a comprar una planta de perejil. ¡Perejil, yo no te olvido!
Me acuerdo también, una noche en Londres, cuando pedí la mejor sopa del mundo y ahí estaba el jodido cilantro flotando inocentemente entre los trozos de pescado, como si la fiesta no fuera con él. Imposible quitarlo, estaba por todas partes. Esa noche pasé hambre y asco, mucho asco.
Ahora todo se adorna con cilantro. ¿Qué ha sido de nuestro perejil de toda la vida? Ese perejil verde y sano que adornaba los pescados y se ponía en el borde de los platos. A nadie en su sano juicio se le ocurría esconderlo a mala idea en una sopa para joderme la cena. Perejil... cuánto te echo de menos. Todo esto es culpa de la globalización. Yo no quería conocer el cilantro de los cojones, ese primo capullo del perejil. Es más, ¿dónde narices estaba el cilantro cuando el perejil lidiaba con todos los platos, pluriempleado? Es un advenedizo de los cojones.
Ayer me pusieron cilantro en todos los putos platos y eso que pregunté. ¿A quién coño se le ocurre poner cilantro al guacamole? No, si a este paso, empezarán a poner yogur con cilantro, helado de cilantro, almejas a la marinera con cilantro... ¡puaj!
Lo peor es que muchas veces ni lo ponen en la carta. Yo quiero que pongan "cuidado, el cilantro te espera en los platos 5 y 8" o "ándate con ojo que hemos puesto cilantro en el pollo", o más fácil todavía "aquí somos modernos y lo ponemos todo con cilantro, te vamos a joder la cena". Entonces yo, tranquilamente, me levantaría y me iría a otro restaurante.
En cambio, ahora hasta cuando voy al Burguer King digo "por favor, no me ponga cilantro, ODIO EL CILANTRO" y, aún así, siempre me encuentro algún hijoputa que me sigue poniendo cilantro. ¿Qué parte de "ODIO EL CILANTRO" no entienden los camareros? Maldito hierbajo. Ahora mismo me voy a comprar una planta de perejil. ¡Perejil, yo no te olvido!
miércoles, 10 de junio de 2009
De vuelta a las raíces y con las manos en la masa
Una parte de mí es gallega... mi abuelo, ayer fue su aniversario..., era gallego. He pasado el fin de semana entre pulpos, cachelos, empanadas y ese humor que también tenía él. He pasado por delante de su facultad en Santiago, he vuelto a Coruña, también he estado en Vigo... todo pasado por agua, por supuesto. Soy de los que opinan que Galicia, como Bilbao, tiene más gracia cuando llueve. Sobre todo Santiago, me gusta Santiago empapado. Abuelo, me faltó tomar caldo gallego, pero como el tuyo difícil...
No se puede ir a Galicia y no hablar de comida porque nos pusimos las botas. Quién me iba a decir a mí que sería allá donde haría mi primera incursión en el mundo de la Termomix. Hice, a medias con Hilda, un bizcocho veteado. Que si me gustó, claro que me gustó. Ahora bien, no cambio la batidora por nada del mundo. Y mucho menos la emoción de "¿habré calculado bien?", la sorpresa de probar el primer trozo y ver si está bueno o te pasaste con la harina... La Termomix le quita la gracia. Así que, como me quedé con las ganas, a la vuelta he hecho dos bizcochos. Uno de nata, manzana y nueces y otro de nata, nueces, almendras, chocolate... ¡mmmmmmm!
Los ingredientes:
- 1/2 litro de nata líquida
- 4 huevos enteros
- Usando el brick de la nata, 1 brick de azúcar
- Brick y medio de harina normal
- 1 sobre de levadura Royal
Cómo hacerlo:
Se precalienta el horno a 200º. Se juntan todos los ingredientes y se baten. Se coge un molde (yo tengo de silicona, que luego es más fácil de sacar el bizcocho) y se llena con la masa hasta la mitad (sin pasarse, que luego sube). Se mete el molde en el horno, ya precalentado, en la parte media-baja. Procurar no abrir mucho el horno. Cuando se ve que ya ha subido, se baja el horno a 150º. Y luego ya, el típico truquito del pincho... se mete en el bizcocho y si sale limpio, es que ya está hecho; si sale con masa, es que aún le falta.
Le puedes añadir lo que quieras: trozos de manzana, pasas, almendras, nueces, cacao... ¡al gusto!
No se puede ir a Galicia y no hablar de comida porque nos pusimos las botas. Quién me iba a decir a mí que sería allá donde haría mi primera incursión en el mundo de la Termomix. Hice, a medias con Hilda, un bizcocho veteado. Que si me gustó, claro que me gustó. Ahora bien, no cambio la batidora por nada del mundo. Y mucho menos la emoción de "¿habré calculado bien?", la sorpresa de probar el primer trozo y ver si está bueno o te pasaste con la harina... La Termomix le quita la gracia. Así que, como me quedé con las ganas, a la vuelta he hecho dos bizcochos. Uno de nata, manzana y nueces y otro de nata, nueces, almendras, chocolate... ¡mmmmmmm!
Los ingredientes:
- 1/2 litro de nata líquida
- 4 huevos enteros
- Usando el brick de la nata, 1 brick de azúcar
- Brick y medio de harina normal
- 1 sobre de levadura Royal
Cómo hacerlo:
Se precalienta el horno a 200º. Se juntan todos los ingredientes y se baten. Se coge un molde (yo tengo de silicona, que luego es más fácil de sacar el bizcocho) y se llena con la masa hasta la mitad (sin pasarse, que luego sube). Se mete el molde en el horno, ya precalentado, en la parte media-baja. Procurar no abrir mucho el horno. Cuando se ve que ya ha subido, se baja el horno a 150º. Y luego ya, el típico truquito del pincho... se mete en el bizcocho y si sale limpio, es que ya está hecho; si sale con masa, es que aún le falta.
Le puedes añadir lo que quieras: trozos de manzana, pasas, almendras, nueces, cacao... ¡al gusto!
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LA VIDA DE RAMÓN,
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lunes, 1 de junio de 2009
Barcelona en bolas
En los últimos días he visto demasiadas pollas al aire. Que no es que me moleste sino que me sorprende. Me sorprende ir por el Parque Güell y encontrarme un tío entre los árboles cual Pedro por su casa. Me quedé con las ganas de ver si llevaba zapatos o no porque agradable no tenía que ser andar descalzo; es más, me pregunto dónde se sentaría porque salvo el muro del mirador y cuatro banquitos más, sólo le quedaban las ramas de los árboles para no acabar con el pingajo colgante en sangre viva. Qué dolor. Me sorprende también haber visto en persona al tipo del culo tatuado. Sí señores, no es leyenda: existe. Ahí le he tenido a unos escasos 3 metros con su calzoncillo bien tatuado y su señor miembro, todo un portento el abuelo. Por lo visto, se pasea por Barcelona tal cual. Pelillos a la mar. Un anuncio de un profesor que daba clases de inglés gratis pero que advertía que era naturista. Y así una detrás de otra. Me preocupa, me persiguen.
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