El primer día de unos zapatos debería ser como el nuestro en un trabajo nuevo: llevadero, fácil y, sobre todo, corto. Voy a grabarme esto en una placa metálica y colgarlo en la entrada de casa. A Dios pongo por testigo que mis dedos pequeños del pie jamás volverán a pasar aprietos.
7 comentarios:
lo malo que los primeros días de trabajo son así...son como esos zapatos!! grrrr
La verdad... he tenido días mejores! :-)
Y es una promesa! Un saludo.
Mis dedos ya no me creen por mucho que les prometa el oro y el moro...!
Lo nuevo tiene ventajas... e inconvenientes. Hay un periodo de aclimatarse para todo.
Un abrazo.
vaya. qué placer tenerte de nuevo por mis lares. yo estoy un poco como tú ahora pero con la ilusión por montera.
bss
,-)
Y como aprietan los jodidos...
Saludos y buena tarde.
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