Para sentir que vivo en alguna parte, que tengo una casa, tengo que deshacer la maleta cada vez que llego a un sitio. Es lo que estoy haciendo ahora. Hay parte de mi ropa que ha olvidado lo que es un armario. Al menos por una noche, mis pantalones van a dormir en una percha bien colgados y mis calcetines en un cajón rodeados de ropa interior.