Si tuviera que hacer un brindis, alzaría mi copa en primer lugar por mi familia, por mis amigos, que me han demostrado -una vez más- estos últimos meses que están ahí a las duras y a las maduras. Seguiría haciendo chin-chin por Madrid, por mí, por mi pelo y por el efecto curativo y feliz del calamar encebollado. Por la felicidad, por el cambio, por mi vida... por los espejismos y las montañas inalcanzables, por ser siempre capaz de dar un paso adelante las veces que sea necesario.
Por las horas de teléfono, los cafés eternos, las lágrimas repentinas e imparables, los abrazos necesarios, las copas, las noches en vela, los mensajes y los mails explicativos... por el tiempo que me ha costado volver a encontrar un cierto equilibrio, encontrar los apoyos adecuados... y volver a sonreir de verdad.
Terminaría haciendo tintinear el cristal porque todo esto siga igual cuando me acuerde de todos esos momentos que no hace tanto que han pasado.
Me siento feliz, me siento afortunado.
Gracias.
Primera persona
Hace 12 horas