Por los dias en Londres
lunes, 30 de marzo de 2009
miércoles, 25 de marzo de 2009
La frase del año
"En este mundo hay cosas que sólo puedes hacer sola y cosas que sólo puedes hacer con otra persona. Es importante ir combinando las unas con las otras"
Tan importante es una cosa como la otra. Totalmente de acuerdo, Haruki.
Haruki Murakami
Tan importante es una cosa como la otra. Totalmente de acuerdo, Haruki.
martes, 24 de marzo de 2009
The Beatles -- Help!
Help! i need somebody
Help! not just anybody
Help! you know i need someone
Help!
When i was younger so much younger than today
I never needed anybody´s help in any way
And now these days are gone
I´m not so self assured
Now i find i´ve changed my mind
I´ve opened up the doors
Help me if you can i´m feeling down
And i do appreciate you being ´round
Help me get my feet back on the ground
Won´t you please, please help me?
And now my life has changed in oh so many ways
My independence seems to vanish in the haze
But every now and then i feel so insecure
I know that i just need you
Like i´ve never done before
Help me if you can i´m feeling down...
When i was younger so much younger than today...
Help me if you can i´m feeling down...
viernes, 20 de marzo de 2009
Hablar por hablar
Hay conversaciones en las que prefiero ni abrir la boca y escuchar atento cuántas frases hechas, expresiones carentes de sentido y argumentos demagogos -o manoseados en exceso- se oyen. En realidad me hace gracia cómo no se pueden dar cuenta de lo ridículo que resulta. Conversaciones del día de la marmota.
Así, el tema más recurrido últimamente es el tema de la crisis. Ni sé cuántas veces he oido decir "la gente no se da cuenta, pero la crisis no es real; tiene una parte tangible porque el paro ha aumentado pero otra parte psicológica, la gente está asustada" o "los bancos y el sector inmobiliario son los mayores culpables de la situación actual" y también "las empresas están aprovechándose de la crisis ficticia para hacer limpia entre sus empleados", "es una crisis que en un primer momento estaba en el nivel financiero y que ahora baja a la calle", "a los que estamos trabajando no nos afecta pero con la que está cayendo mejor estar quietos"... Lo curioso de todo esto es que todos los que las dicen se creen que la idea es suya. Descubriendo América.
Si se habla de costumbres extrañas o de viajar, entonces presencio una pelea para ver quién la tiene más larga. Si él vió cómo en El Cairo una mujer sacaba a pasear una serpiente, el otro cuenta cómo en un pueblo remoto de Filipinas -al que ni los turistas van, por supuesto- los niños dormían cuerpo con cuerpo con los cerdos. Salta un tercero contando su increible experiencia en Perú, pasando ya de anécdotas de animales pero qué más da, a ninguno de ellos le importa tres cojones lo que cuentan los demás. Lo importante es superar las historias. Por supuesto, la mía es la más larga pero no lo digo.
Otro tema que me saca de quicio son las elecciones vascas. Quien más quien menos, sabe cuál será el futuro a ciencia cierta. Las mismas frases del tipo "la sociedad pedía un cambio", frase radiofónica donde las haya pero absurda en una conversación cara a cara, tamborilean mis oidos desde entonces. Y quien dice las elecciones vascas, dice las americanas, el juez Garzón, la corrupción de los políticos y demás calaña.
Pero si hay un tema que me llega al alma, y en el que todo el mundo se reviste de un halo de santidad y sentimentalismo, es cuando se habla de niños enfermos. Qué mono el niño de la silla de ruedas que tiene cara de señor mayor de 70 años, y también aquel de allá que tiene la cara llena de mocos y las manos torcidas... Incluso se acercan, haciendo gala de un esfuerzo infrahumano, y les revuelven el pelo. Maldita la gracia que les hará a los críos que estos samaritanos de mierda les revuelvan el pelo cuando ellos no pueden volver a colocarlo a su gusto. Ahí estaba la comitiva de unas 8 personas creyendo que hacía algo. Me daban ganas de vomitar. Si en vez de en directo, les hubieran visto en un reportaje o en una revista, el comentario habría sido "vaya monstruo, qué lástima". Yo soy de los que no soportan las visitas a hospitales a niños enfermos, ni el falso buenhacer que tienen algunos cuando dedican dos horas cada dos meses a sentirse mejor consigo mismos. También soy de los que no soporta que se pasen dos horas hablando de los niños en cuestión una vez salen del recinto. "Si es que le hacen a uno dar gracias porque los hijos le hayan salido bien", "vaya vida que les espera pobrecitos, menos mal que siempre tienen quien les ayude y venga a echar una mano como nosotros", "se me encoge el corazón al verles", "eran tan monos todos...", etc., etc., etc. Cuando en realidad, tras toda esta falsa comprensión, lo que están pensando es "puffff... de la que me he librado".
Será que últimamente presencio demasiadas conversaciones manidas y absurdas. Y demasiado botarate iluminado con verborrea excesiva.
Así, el tema más recurrido últimamente es el tema de la crisis. Ni sé cuántas veces he oido decir "la gente no se da cuenta, pero la crisis no es real; tiene una parte tangible porque el paro ha aumentado pero otra parte psicológica, la gente está asustada" o "los bancos y el sector inmobiliario son los mayores culpables de la situación actual" y también "las empresas están aprovechándose de la crisis ficticia para hacer limpia entre sus empleados", "es una crisis que en un primer momento estaba en el nivel financiero y que ahora baja a la calle", "a los que estamos trabajando no nos afecta pero con la que está cayendo mejor estar quietos"... Lo curioso de todo esto es que todos los que las dicen se creen que la idea es suya. Descubriendo América.
Si se habla de costumbres extrañas o de viajar, entonces presencio una pelea para ver quién la tiene más larga. Si él vió cómo en El Cairo una mujer sacaba a pasear una serpiente, el otro cuenta cómo en un pueblo remoto de Filipinas -al que ni los turistas van, por supuesto- los niños dormían cuerpo con cuerpo con los cerdos. Salta un tercero contando su increible experiencia en Perú, pasando ya de anécdotas de animales pero qué más da, a ninguno de ellos le importa tres cojones lo que cuentan los demás. Lo importante es superar las historias. Por supuesto, la mía es la más larga pero no lo digo.
Otro tema que me saca de quicio son las elecciones vascas. Quien más quien menos, sabe cuál será el futuro a ciencia cierta. Las mismas frases del tipo "la sociedad pedía un cambio", frase radiofónica donde las haya pero absurda en una conversación cara a cara, tamborilean mis oidos desde entonces. Y quien dice las elecciones vascas, dice las americanas, el juez Garzón, la corrupción de los políticos y demás calaña.
Pero si hay un tema que me llega al alma, y en el que todo el mundo se reviste de un halo de santidad y sentimentalismo, es cuando se habla de niños enfermos. Qué mono el niño de la silla de ruedas que tiene cara de señor mayor de 70 años, y también aquel de allá que tiene la cara llena de mocos y las manos torcidas... Incluso se acercan, haciendo gala de un esfuerzo infrahumano, y les revuelven el pelo. Maldita la gracia que les hará a los críos que estos samaritanos de mierda les revuelvan el pelo cuando ellos no pueden volver a colocarlo a su gusto. Ahí estaba la comitiva de unas 8 personas creyendo que hacía algo. Me daban ganas de vomitar. Si en vez de en directo, les hubieran visto en un reportaje o en una revista, el comentario habría sido "vaya monstruo, qué lástima". Yo soy de los que no soportan las visitas a hospitales a niños enfermos, ni el falso buenhacer que tienen algunos cuando dedican dos horas cada dos meses a sentirse mejor consigo mismos. También soy de los que no soporta que se pasen dos horas hablando de los niños en cuestión una vez salen del recinto. "Si es que le hacen a uno dar gracias porque los hijos le hayan salido bien", "vaya vida que les espera pobrecitos, menos mal que siempre tienen quien les ayude y venga a echar una mano como nosotros", "se me encoge el corazón al verles", "eran tan monos todos...", etc., etc., etc. Cuando en realidad, tras toda esta falsa comprensión, lo que están pensando es "puffff... de la que me he librado".
Será que últimamente presencio demasiadas conversaciones manidas y absurdas. Y demasiado botarate iluminado con verborrea excesiva.
viernes, 13 de marzo de 2009
La primera musaka
Después de 24 h. de mudanza uno no sabe ni qué es lo que quiere. Empezamos el lunes a las 18 h. Un sofá, un sillón, una mesa, tres sillas, tres camas, dos lámparas, una cómoda, unas 7 cajas de las pesadas, más de 10 bolsas y dos maletas después engullimos la mejor musaka que he comido nunca. No será la mejor pero, mira qué injusta es la vida, será la que pase a la historia.
Ahí estábamos, en medio de un caos tremendo, sentados en sendas sillas rojas, estrenando espacio.
Ahí estábamos, en medio de un caos tremendo, sentados en sendas sillas rojas, estrenando espacio.
domingo, 8 de marzo de 2009
Have a nice day!!
:-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-)
*No como el mío que está siendo un día de mierda, estoy enfadado conmigo mismo. A veces me pasa.
lunes, 2 de marzo de 2009
On the Road III - Explicaciones
Me dicen que no todos los americanos son como los pinto. Sin duda. Ni todos los vascos somos terroristas, ni todos los madrileños unos chulos, ni los catalanes maleducados, ni los andaluces incultos... Es más, ni siquiera los gallegos comen siempre pulpo con cachelos y caldo de primero.
Contesto que estoy en fase de adaptación, uno escribe sobre aquello que le sorprende, lo que le llama la atención. Ojalá pudiera relatar de una manera interesante el vuelo de una mosca. Pero lo que me llama la atención es su manera de vivir en una terapia de grupo constante, el cómo separan totalmente lo personal de lo profesional, lo organizado que tienen el trabajo -y lo estructurado también-, sus -insanos- hábitos alimenticios, la naturalidad con que llevan ser los amos del mundo -haciéndolo saber-... Claro que, de momento, todo son primeras impresiones.
Uno se acostumbra a todo. Así que aprovecho mis primeros meses, antes de que me vuelva uno de ellos y deje las castañuelas y los lunares a un lado acumulando polvo.
A veces uno escribe y no sabe qué leerán los demás. Por eso siempre me han parecido absurdos los comentarios de texto que nos mandaban hacer en el colegio. Qué habrá querido decir con "pan y cebolla". Y yo qué coño sé, a lo mejor que eran tiempos de postguerra, a lo mejor estaba a dieta, a lo mejor se había fumado un porro... a lo mejor era lo que mejor rimaba. Vete tú a saber. Y, a veces, tiene uno ganas de explicarlo y otras no. Hay que considerar que no soy fiel a la realidad casi nunca, como tampoco lo soy a la imaginación. En fin, que en todo lo que escribo hay parte de verdad, parte de mi vida, parte de la de otros, parte de mentira y parte de imaginación. Y todo lo escribo sabiendo que no se leerá como lo hago yo. Imposible dar una fórmula magistral para hacerlo porque los porcentajes de invención, verdad, mentira y demás, varían en función del texto. E incluso a veces hay variables que no aparecen. Cómo saberlo.
Que nadie espere un relato 100% real. No escribo sobre lo que pasó sino que también se entremezclan mis pensamientos, sentimientos, vidas ajenas, libros que leí... Nadie dijo que esto fuera un diario (aunque lo parezca a veces).
Después de todo... yo no soy americano. Soy incapaz de separar lo profesional de lo personal. :-)
Contesto que estoy en fase de adaptación, uno escribe sobre aquello que le sorprende, lo que le llama la atención. Ojalá pudiera relatar de una manera interesante el vuelo de una mosca. Pero lo que me llama la atención es su manera de vivir en una terapia de grupo constante, el cómo separan totalmente lo personal de lo profesional, lo organizado que tienen el trabajo -y lo estructurado también-, sus -insanos- hábitos alimenticios, la naturalidad con que llevan ser los amos del mundo -haciéndolo saber-... Claro que, de momento, todo son primeras impresiones.
Uno se acostumbra a todo. Así que aprovecho mis primeros meses, antes de que me vuelva uno de ellos y deje las castañuelas y los lunares a un lado acumulando polvo.
A veces uno escribe y no sabe qué leerán los demás. Por eso siempre me han parecido absurdos los comentarios de texto que nos mandaban hacer en el colegio. Qué habrá querido decir con "pan y cebolla". Y yo qué coño sé, a lo mejor que eran tiempos de postguerra, a lo mejor estaba a dieta, a lo mejor se había fumado un porro... a lo mejor era lo que mejor rimaba. Vete tú a saber. Y, a veces, tiene uno ganas de explicarlo y otras no. Hay que considerar que no soy fiel a la realidad casi nunca, como tampoco lo soy a la imaginación. En fin, que en todo lo que escribo hay parte de verdad, parte de mi vida, parte de la de otros, parte de mentira y parte de imaginación. Y todo lo escribo sabiendo que no se leerá como lo hago yo. Imposible dar una fórmula magistral para hacerlo porque los porcentajes de invención, verdad, mentira y demás, varían en función del texto. E incluso a veces hay variables que no aparecen. Cómo saberlo.
Que nadie espere un relato 100% real. No escribo sobre lo que pasó sino que también se entremezclan mis pensamientos, sentimientos, vidas ajenas, libros que leí... Nadie dijo que esto fuera un diario (aunque lo parezca a veces).
Después de todo... yo no soy americano. Soy incapaz de separar lo profesional de lo personal. :-)
domingo, 1 de marzo de 2009
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