No escarmiento.
Para situarnos: Miranda de Ebro, 9 de noviembre de 2008. Un frío que pela y nosotros en la trasera del Land Rover sentados esperando el bus. Es una parada rara la de Miranda, en medio de la nada, en frente de una gasolinera, al lado de un hotel. Con un frío a medio camino entre burgalés y vitoriano, y el moco colgando.
Ahí que estábamos felices de parloteo, comprando unas patatas para el viaje, unos chicles, con la botella de agua llena y con lectura más que suficiente (After Dark, de Haruki Murakami, gracias James). Cargado como un burro, dejo la maleta abajo y me subo el portátil y la cámara. Me despido y escaleras arriba llego al bus. Busco mi asiento, mi plaza de siempre.
Y busco, y busco, y busco... y al final pregunto "¿Y la 54?". "Nada, que no hay", me responde el de al lado, un tipo grande y piernilargo, "yo tengo la 53". Total que él se sentó en la 50 y yo en la 51, al otro lado. Pensé en ir a hablar con el conductor pero no parecía que el autobús se iba a llenar así que pasé. Acomodé mi ordenador, puse la cámara a buen recaudo lejos de la calefacción y me acomodé yo también.
Para qué buscar un buen sitio lejos de la calefacción si no había. ¡Un frío del carajo! Para qué llevar libro, ¿que la gente quiere leer? ¡Que se lleven un casco de minero con su lucecita, qué monos estarían todos! ¿Que quieres apoyar los brazos? ¡Mejor haz gimnasia y sostenlos 4 horas en el aire! Y así, con un frío polar, si luces y sin apoya brazos, empezó mi viaje de vuelta. ¿No era bastante fastidio ya que fuera domingo? ¡Pues ala ahí!
Dormido me quedé al run-run del autobús y en eso que llegamos a Burgos y en mi empanamiento dominguero había olvidado yo que en Burgos parábamos a recoger más incautos pasajeros, compañeros de desdichas.
Y suben, y suben, y suben... Y se llena el autobús y llegó el momento. "¿Qué plaza tienes tú?", le preguntan al grandullón. "Yo la 53 pero como no hay me pongo en esta, ya ves". Y la señora: "ya, pero es mi plaza y el que no tiene plaza eres tú". Y el gigantón: "ése no es mi problema, señora, que a mí me han vendido una que no existe". Poco amable y ahí quedó embutido en su mini asiento con sus maxi piernas dobladas de manera extraña.
Se sentó al final la señora a mi vera y yo me levanté para hablar con el conductor. Amablemente lo solucionamos todo y la señora, que lo único que quería era un asiento, se trasladó a las primeras filas. El autobús completo y yo el único con asiento doble para mi solito.
Feliz de la vida, reorganicé mis pertenencias y me dispuse a dormir. Y un suspiro de felicidad salió de mi boca mientras el patudo de al lado murmuraba por los bajines. ¿Y qué culpa tengo yo que mido metro y medio de que tú que mides casi 2 tengas que ir embutido? No me afectó su cara de cordero degollado y, por supuesto, ni le ofrecí cambiarle el sitio. Como él dijo, "no es mi problema".
Él, que me veía bajándome del bus mientras se grapaba a su asiento. Él, que pensó que un ataque es siempre una buena defensa. Él, que acabó doblado cual trapillo en un mini asiento de un autobús prehistórico y destartalado. Me reí internamente. Dios me castigará por esto. ¡Je!
Tot mor (Juan Gómez-Jurado)
Hace 8 horas
16 comentarios:
Jeje. Eres un mal bicho. Y digo yo, los autobuses deberían ser más protagonistas en la literatura moderna por todo lo que pueden llegar a dar de sí...
Un suspiro de felicidad salió de tu boda??? jajaja... te ha traicionado el subconsciente!!
Hiciste bien, muy bien.
No conocía ese libro de Murakami, tomo nota. De él he leído Tokio Blues y Al sur de la frontera, al oeste del sol. Ambos recomendables, más el primero que el segundo, pero eso es cuestíón de gustos.
Un beso.
Ramón, estás muy mal acostumbrado...lo bonito de los viajes es eso... el tener cosas que contar... si hubieras tenido un asiento confortable, calefaccion, luz cenital personal, y un compañero de viaje silencioso... de que hubieras escrito hoy?
Por cierto... a ver...dejemoslo claro de una vez.. LA 54 NO ES TU PLAZA ¡¡¡¡ JODER ¡¡¡ ES LA MIA ¡¡¡
COPION ¡¡
FDO: ANONIMO
JAJAJAJAJAJAJA
Si es que no se te puede dejar solo RAMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOON!!!!!
otro especimen más que añadir a tu listado de indeseables como el escarabajo pelotillero... como cronista de viajes... no tendrías precio. Creo que voy a empezar una colecta para comprarte un coche; entonces, estoy seguro que tu imán de "soy raro, me voy a acercar a este joven que seguro que me escucha" funcionaría igualito!!!!
Feliz fin de lunes!!!!!!!!
Ya queda menos para el finde... ansioso de escuchar otra de tus crónicas viajeraS!!!!
;)
Chiiinchaaaa rabiiiiiiñaaaaaaa... :)
Anónimo, tú hace tiempo que te has convertido en uno de esos sibaritas... tú viajas en coche! Así, que me apropio de la plaza 54 que la estoy usando más! :-P
Iagui, sí, un coche con la correa rota y sin dirección asistida, jajajaja
excelente artículo, gracias por visitarnos, y la semana entrante hablaremos de tu blog en la raido
Gracias por escribirnos, hablare se su blgo en el programa de radio de la próxima semana, me mandría via mail como funciona la integracion de chicos especiales a la escuela común
ale
En Burgos tenía que ser... :-P
y aun te ries al recordarlo :-P
tu entrada a parte de hacerme reir me ha dado nostalgia de Burgos...¡¡¡que llegue ya la Navidad!!! volveré como el turrón, dulce pero dura de roer :D
Jaja... Burgos... muchos recuerdos... :-)
Hadanae de Burgos?
Has conseguido convertir un simple viaje en atobús en todo un relato de viajes lleno de buena literatura. Genial, Ramón.
Abrazos
PD. No se me olvida la canción marchosa
Buen castigo al patilargo, le diste una ración de su propio egoismo y tu te llevaste el premio de asiento doble. Biennnn, por lo menos el viaje tercermundista tuvo su causa-efecto...
Besos
Es lo que tienen los viajes en bus, que el momento te quemas un poco pero luego los recuerdas y son mucho mejores :-)
Yo siempre voy en autobus, no habré gestado historias en ellos..
Joe con la correa... está el pobre ahora en el taller... POBRIÑO!!!!! aunque yo conozco un Rover que tampoco digamos que se queda corto!!!!
;)
uy sí, hadanae de Burgos...acogida en Benidorm desde hace 6 añitos...un cambio radical. :D
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