martes, 5 de marzo de 2013

Hay que reirse más, coño

En el mundo en el que vivimos, no hay que dejarse contaminar. Alrededor pululan la negatividad, los cenizos y los agoreros (que se mezclan con los chorizos, mangantes y mamones de ambos bandos y de en medio). No es un mundo peor ni mejor que el que vivieron los del Imperio Romano, ni tan siquiera diferente. Si no tenemos en cuenta los avances tecnológicos, veremos que el hombre sigue siendo igual; con sus virtudes y sus defectos, con su tendencia a caer una y otra vez en los mismos errores, con su empeño en vivir en sociedad pero pensando sólo en uno mismo... es solo que ahora nos enteramos más (¡me cagüen Internet!, que dirán algunos de los cazadores cazados) de lo que nos roban, de la situación de aquí y de la de más allá. Me pregunto a veces si no será verdad lo que me anticiparon en la facultad: menos es más, mucha información satura y desinforma. Ahí estaba el truco. En la era de la información y la comunicación, estamos más desinformados que nunca. Ni siquiera leyendo todos los periódicos, rebuscando en blogs, viendo todos los canales y teniendo un amigo en cada país... nos enteraremos de qué pasa realmente. Ríos subterráneos y los primos del Guadiana por doquier. Dicho esto, seamos felices. No dejemos de luchar, pero riamos.