No iré a París, por lo que sea pero ambos nos mantenemos en un tira y afloja, lanzándonos miguitas el uno al otro. Pero París viene a mí sin yo quererlo, sin darse por vencida. Vi
Dos días en París por casualidad,
París, París gracias a Renfe y
París porque era la única película en versión original de la cartelera. Es la nuestra una relación desencontrada, platónica.
En las tres encuentra uno un París diferente, en diferente momento, contada por diferentes personas. Cómo definir París. Dicen que es la ciudad del amor; 3 historias de amores y desamores. Dicen que es una ciudad dura; ahí quedan esas tragedias personales. Hablan también de su belleza; grandes vistas que le hacen pensar a uno que conoce la ciudad. Dicen muchas cosas de París. Unos la conocen en persona y otros la vemos a través de la rendija.
Si hubiera que ponerlas en orden, quizá me quedaba en primer lugar con
París, por no quedarse con una sola visión, por los actores, por el argumento -si es que tiene uno solo-.
Dos días en París le pisaría los talones. Gran película la de Julie Delpy, como casi todas las suyas; un poco de todo.
París, París estaría en la tercera posición. Bonita historia para románticos del ayer.
Me quedo con la impresionante Juliette Binoche, impecable; el baile del viejo profesor, impresionante, ya quisieran muchos; con las vidas que se cruzan. Me quedo con el monólogo de Adam Goldberg pensando en alto; con la foto de los globos, buen detalle; con los padres de la Delpy. Me quedo también con el París más auténtico, el de los libros, el de antes; ese carácter francés.
En todas ellas, la vida juega y gana y no siempre lo esperábamos.
Voy a darte la razón, las películas de amores, siempre en francés, señores.