jueves, 2 de abril de 2009

On the Road IV - Días de reuniones

Llega por fin el día en que uno tiene una semana en Barcelona, libre por decir de alguna manera. Tan feliz como ingenuo, hago la compra y por fin hay más que una mosca helada en las baldas de la nevera. Me imagino estrenando el horno, tomando un Cola Cao tranquilamente mientras veo una peli, dando un paseo hasta el Parque Güell... ¿Y qué ocurre? Que me tiro dos días enteritos jodido con dos reuniones. Dos días, dos reuniones... Me gustaría decir que son diez reuniones en dos días, pero no: han sido dos jodidas reuniones en dos jodidos días. Resultado: Ramón jodido.

Mis planes se fueron al garete el primer día. Desayuné en casa medio dormido pensando en que todo ese día iba a tener su recompensa a la noche cuando pudiera hacerme la maxi-ensalada que me merecía. Reunión de equipo en la chabola almidonada para revistas de decoración -impresionante, por cierto, muy buen gusto, la envidia me corroe-. Todo la mañana me la pasé preocupado porque no se oyera demasiado cómo sonaban mis tripas e intentando aguantar las ganas de mear porque el baño estaba justo al lado de la sala y se oía hasta el respirar. Uno tiene su elegancia y la poco que le queda no la va a tirar por el desagüe del retrete. La tarde la pasé aguantando las triples ganas de mandar la etiqueta a la mierda y salir como los perros a aliviarme junto a un árbol lejano. Ni os cuento el suspiro al llegar a casa a eso de las 12 de la noche... Detalles escatológicos aparte. Porque, por supuesto, hubo cena. Agradable eso sí, como siempre con ella. De hecho me di cuenta de que estaba hecho polvo cuando pagó la cuenta. Ahí me derrumbé y me focalicé en mi cama. Un día más. O un día menos, según se mire. No, mejor no mirarlo. Un día.

Un día más tarde, ahí estaba yo a la misma hora en el mismo hotel pero esta vez sin haber desayunado mi tazón de Cola Cao con la leche que me gusta y las galletas que me compré. A cambio tuve que desayunar en un hotel -uno termina odiando esos putos pseudohogares- para salir pitando en un taxi a la segunda reunión de la semana. Ésta hizo que la anterior me pareciera una broma. De 10 a 8 estuvimos ahí sentados. Mi culo quería ya recuperar su habitual forma redonda y desproporcionada, mis tripas sonaban a modo de protesta y yo me revolvía en mi silla cual mono enjaulado. Devoré la comida y a la tarde tuve el mismo problema, no aprenderé, como no aprenderán los lumbreras a diseñar oficinas donde los baños estén apartados. Un día más que llego a casa a la 1 de la madrugada, habiendo desayunado, comido y cenado fuera... Un día más sin mi maxi-ensalada. Al margen de que, una vez más, por seguir la coletilla, la compañía hiciera el trance mucho más agradable. De hecho hasta una copa me habría tomado. Claro que somos aves migratorias y él tenía otra ruta que seguir, como yo la mía.

Y aquí estoy, a las 1 y media de la madrugada escribiendo e intentando arañar al día el tiempo perdido a mi casa. Porque ésta sí es mi casa y no todos los jodidos hoteles en los que paro rumbo a vete tú a saber dónde.

Qué triste es darse cuenta de que uno dice "yo me voy a casa a dormir" cuando está en la habitación 307 del piso tercero, primer ascensor a la derecha...

*El lado positivo es que me eché unas risas, de las reuniones sacamos cosas en claro -aunque sólo durante las primeras 3 horas- y comí pescado. Me estoy divirtiendo en este nuevo trabajo. Siempre hay algo positivo. Incluso la mierda es estiércol.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

No es por seguir con el tema escatológico, pero no se te ha ocurrido en situaciones como esas, ir al servicio, coger algo de papel (o incluso ir con una hoja al baño) echar el papel o la hoja al agua del baño, y luego hacer lo que tengas que hacer? Así no hay ruidos, ni nada que pueda ser algo incómodo. Luego das la bomba y ...voila ¡¡¡ NO tienes que estar 8 horas sin ir al servicio...

anapedraza dijo...

¡Animate Ramón!

Te entiendo perfectamente, yo también he sufrido esas reuniones.

¡Un abrazo!

MIGUEL

Ramón de Mielina dijo...

Habría sido taaaan fácil, pero tenías que haber visto el grosor de la pared en cuestión y entenderías. :-)

B.B. dijo...

y abrir el grifo mientras???? yo lo utilizo y funciona.

carlota dijo...

Eso no lo hagas más , aguantarte las ganas , te pueden reventar los riñones ( como al abuelo de los simpson...jeje).

Besos.

Anónimo dijo...

Reuniones......a saber.
Al menos haríais una tormentilla de ideas de esas de ejecutivos y tal?

Ay, Ramón, Ramón.....

Sarashina dijo...

Pasadas tres horas, toda reunión se vuelve inútil. Mi hermano dice que quiere un mundo sin fronteras y sin reuniones. Como ambas cosas son, de momento, imposibles, al menos que las fronteras sean fáciles de pasar y que las reuniones duren menos y sean más cómodas. Ánimo, amigo, todos hemos sufrido cosas así alguna vez.

Ramón de Mielina dijo...

sí, sí, al final salieron buenas ideas y esas cosas... pero las reuniones a partir de las 2 horas empiezan a ser totalmente inútiles...

B.B. dijo...

Tu me tienes que contar muchas cosas..... Ramón.

Iagui dijo...

Me encanta saber que en el fondo lo escatológico siempre triunfa y tod@s nos vemos reflejados (malditos arquitectos o diseñadores que no tienen en cuenta el sonido...)

Ay Ramón, tu envidia por las mansiones bien decoradas es la envidia de muchos por tus idas y venidas... y mola que esas habitaciones de hotel que todos imaginamos las podemos ver de tu puño y letra.

Sigue así y te publicaremos un libro cuando seas mayor...

;)

En fin... que

Saúl dijo...

hay que ser sufridos ramón… lo de aguantarse las ganas de mear es una verdadera putada… me has dado ganas de reunirme hoy conmigo mismo…

Anónimo dijo...

Ah, que me olvidaba, lo del mensajito que sale en mi blog es un código que se inserta en cualquier lado.Facilito, además y se puede cambiar la frase,ajajajaja.

No evitará que ciertos imbéciles copien, pero se los pone más difícil.

Un saludo.

Ramón de Mielina dijo...

Menda!!!! A veces ni puedo hacer scroll... Lo consesguí el otro día pero ya nooooo!!! :-) Siempre hay gente que copia, qué se le va a hacer... :-)

Olivia dijo...

Ey! el truco del papel me lo enseño mi padre, jajajaja.
Ay, mira, menos mal que al final ves el lado positivo. Eso es bueno!! que yo nunca he pasado por trabajos de ese tipo, en plan reuniones y llegar a las mil por cumplir la agenda, y menos aun no dormir en mi casa. Fijate, veo con cierta envidia algo de eso en mi vida, pero bueno...no me quejo que luego los que andais mas liados me decis que qué digo! jaja.

Un besote, espero que este finde sí puedas dormir en tu cama, desayunar en tu casa en tu tazon bebiendo tu colacao, y por la noche comer tu gran ensalada!! jeje.

Jordicine dijo...

Tengo un amigo que dice que cuando más reuniones convocas... peor lo tienes todo. Ánimos. Un abrazo.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Ves, todas las cosas tienen su lado positivo, aunque las pongas al final, y en letra pequeñita...
Saludos!

A Cuban In London dijo...

Pues, que no hay mal que por bien no venga, hombre :-).

Saludos desde Londres.

misticaluz dijo...

wop! un consejo.. tu cuando tengas ganas.. ya sabes.. nada de reprimirse que no es bueno....

siempre un placer leerte y tenerte entre mis seres de luz.

Te dejo un relajante abrazo y un besote.

Beatriz

ALMAGRISS dijo...

Yo he descubierto que si canto en alto, no oigo ciertos sonidos y me hago la ilusiónde que otros tampocolos oyen... sí, es autoengaño, pero cuando salgo del baño, estoy plenamente segura que les ha molestado más el escuchar cómo desafino que lo otro... :) (vale, sé que no he ayudado mucho, pero como me dabas penita tenía que intentarlo, jeje)
Pobre Ramón...

Ramón de Mielina dijo...

jaja el truco del papel es cultura popular :-)