Ayer, cuando volvía de Barcelona, abrí la bolsa y ahí estaban: las 3 últimas galletas de Triki. Iba a guardarlas hasta que se momificaran para recordar unas mini vacaciones increibles -de hecho de las más increibles- pero al final cayeron. Creo que soy un poco Triki, igual es que tantos días con él han hecho mella en mí. Ay, Dios mío, ¡que me estoy volviendo azul...! (Me gusta ser azul).
1 comentario:
ricasricas... si es que triki es lo que tiene, siempre vence la tripa y las ganas de comer a cualquier impulso racionalo sentimental de guardar para manhana... y si, definitivamente eres azul (aunque dicen que el amarillo tampoco te sienta mal... aunque prefiero pensarte como triki o supercoco a la gallina caponata...)
SALUD!!!!!!
(mira que las busque por la despensa el martes... que gula de chocolate!!!!!!!) :)
:)
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