Estoy en esa fiesta viendo cómo tocas la guitarra, tu canción, tus gritos flamencos, las palmas de los demás. Siento el olor de la sangría y el calor de 20 personas en un salón mirándote. Te estoy viendo, casi te toco, casi me tocas. Suena el teléfono, se para la canción, no cojo, cuelgo, vuelve a sonar la canción. Ya no te veo, ya no te siento. Ahora sólo es esa canción que un día tocaste para mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario