Hoy tengo incontinencia en los dedos, qué se le va a hacer. Realmente tenía un mal día. Necesitaba hablar con vosotros dos y ahí habéis estado. Es curioso, debemos estar conectados los tres. Es curioso que nos pasen las cosas a la par. O, si no las cosas, los pensamientos. Es curioso. Podría haber sido una buena conversación a tres en un bareto con un Baileys en la mano y velas.
Tendríamos que vivir en la misma ciudad y sería genial. Algún día.
Hablábamos de qué coño estamos haciendo. Pero a la vez no seríamos felices haciendo otra cosa. En el fondo, los tres sabemos que siempre buscaremos el cambio. Siempre. De ciudad, de trabajo... No de amigos, eso no -hablo de amigos de verdad-. Ni la familia. Eso perdura. Todo lo demás. Lo secundario. Pero a la vez... esos pequeños detalles. Las aceitunas de Camporreal. El Martini latinero. El Baileys tardío. El champán. El Bricco Nero. Y fuera corbatas. Los pequeños detalles. Pegar la nariz en la tienda de al lado y ser feliz viendo las aceitunas. Ahí están. Para nosotros. Las hemos encontrado.
Hablábamos de cómo no somos capaces de no intenter volver a vivir las situaciones que nos habían hecho felices. De cómo intentamos repetir un increible viernes. Ya pasó, el viernes ya no está. Ahora es sábado y los astros no se han alineado de la misma manera. No volverá a haber un día así. Déjalo pasar y recuérdalo pero no lo intentes revivir. Y ahí que vamos como burros cabezones. Llamamos a las mismas personas e intentamos comer esas almejas a la marinera o tomarnos ese White Russian de nuevo, que todo sea lo mismo. Esa cena todos juntos. Y nada sale igual. Es estúpido porque ya lo sabíamos. Y aún así... Llega el sabor amargo. Tanto mejor habría sido dejar las cosas como estaban... Ya lo dije una vez parafraseando a Sabina... "al lugar donde has sido feliz...". Grande Sabina. Por lo mismo que cuando era pequeño ligaba y al día siguiente era incapaz de no llamar a preguntar "¿estamos saliendo?", como el crío que era. Aún sabiendo que la respuesta era no. Que ésa era la respuesta que yo daría si me la hubieran hecho a mí. Pero yo no daba tiempo a nadie. Por lo mismo que volví a apuntarme al año siguiente a clases de inglés y me encontré en que nadie era el mismo, ni siquiera las mismas personas. Por lo mismo. Para qué.
Hablábamos de los momentos. Muchos hay que conocen mi teoría de los momentos. Hoy he entendido la importancia de gestionar los tiempos. No es lo mismo hoy que mañana ni que ayer, hay un momento -y un lugar- para cada cosa. Como diría alguien, la fruta hay que recogerla madura, ni antes ni después. Y es verdad. Lo que servía para ayer, ya no funciona hoy pero puede que mañana sí que lo haga. Quién sabe. Hay que saber elegir. El momento y el lugar. Es importante.
Hablábamos de los miedos. Miedo al fracaso por cosas puntuales, miedo a dejar mal papel... y también de que deberíamos coger perspectiva porque, a la larga, nadie se acordaría de nuestro mal trago y nosotros los recordaremos partidos de la risa. A la larga nada importa o pocas cosas. Y las importantes nosotros ya las sabemos.
Hablábamos de muchas cosas. Entre ellas de lo feliz que nos hace tenernos al otro lado -esto sin palabras- y de las ganas de estar juntos y bebernos ese Baileys. Cada uno por nuestro lado, y en diferentes circunstancias, se va a tomar esta noche una copa a la salud de los otros. Yo tengo que preparar la maldita presentación. Me tomo un Baileys y voy que chuto. Vosotros brindad todo lo que podáis por mí y por mi mal día. Que yo lo hago por los dos últimos tuyos y por tu buena suerte -y la mía de saberlo y que me lo cuentes- y porque los dos, de diferente manera, estéis ahí.
¡A vuestra salud!
Cárceles tailandesas
Hace 3 horas
15 comentarios:
Qué bueno. Añoro esos momentos con amigas/os que hace tiempo que no coincidimos y parece que diera miedo llamar, buscar. Aún sabiendo que si se hace lo que viene después es pura felicidad.
saluditos ;-)
¡SALUD!...y confiemos en los Astros. Y si no se portan... siempre tendremos ese pequeño momento o simplemente alguien con quien compartir ese mal o buen momento... :-)
Ánimo con la presentación
Eso está bien tener a la gente cuando la necesitas.El momento es lo que importa. Yo tampoco he tenido un buen día. Bridaré con un azul imaginario ya que tener la copa a estas hora me resulta imposible.
Saludos
¿Alguien puede resistirse a ser feliz?
Pero si estamos aquí para eso, no somos simples supervivientes.
Lo que sucede conviene...
Nueva frase para aplicarla en la vida en 2009.
Fdo: Anónimo
"... nunca debes tratar de volver..."
Y sí, comparto tu teoría de los momentos que, al fin y al cabo, sólo somos un saco más o menos lleno de momentos.
Yo brindo por vosotros y rebrindaremos en un ratooo.
Esta entrada tuya es un verdadero canto a la amistad. Es de verdad algo hermoso, algo que merece la pena en esta vida. Y lo otro... ¿sabes? A mí me encanta revisitarlo todo, pero sin expectativas de que sea lo mismo que antes. Me gusta ver lo que ha cambiado, porque es la medida de lo que ha cambiado en mí.
Vivan los momentos!!!
Viva los buenos momentos !!
(mejor dicho)
Ramón, buen fin de semana y gracias por estar cerca. Saludos, salgo de viaje esta tarde para conocer Cuenca un poco mejor.
Yo la verdad que brindar de momento solo lo haré por vosotros, porque el resto de personas a mi alrededor está fallando mucho...demasiado. Salud, esta va por tí.
Hey, qué suerte que puedas tirar de teléfono y sacarte las penas del alma...
Conservemos los buenos momentos... hay tan pocos de verdad...
Un besazo
y sin palabras se brinda mejor, a los ojos... Está claro que cuando uno no busca, encuentra y lo difícil es mantener, Ramón, y eso, se me antoja más sencillo ahora que nunca. Brindo por los 3 mosqueteros cazadores de momentos, que siga, que dure,... que se mantenga cambiando, cada día!
;)
La conversación, el intercambio, el escuchar a los otros y ser´escuchado, el sentirse acompañado... eso es vivir.
Qué grata sorpresa tu blog! Llegué a ti por Ernesto, quien ha tenido la delicadeza de nombrarnos en forma especial en el suyo. Me quedaré un rato a merodear, si no te importa. Saludos!
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