Empezaré diciendo que Miguel es un capullo. Un capullo simpático de esos que acaba cayéndote bien, muy a tu pesar y al suyo, una vez que le vas conociendo. O que vas teniendo contacto con él. Porque creo que le divierte desconcertar a pesar de que haga gala de su estilo “directo, claro y limpio”, o algo así. Como su fotografía. Él dice que cada uno fotografía como es. Si uno es enrevesado hará fotografías enrevesadas. Él hace lo contrario.
He de decirlo, me gusta cómo dice que saca las fotos (y he comprobado que muchas veces –no siempre- es así). A veces me divierte sacar fotos fuera de la realidad pero odio colocar luces aquí y allá, odio tener que cargar con un equipo inacabable y estar más de 2 horas colocando todo. Su “menos es más” lo voy a hacer mío. Una cámara y punto. Y, si es muy necesario, una luz. Las 2 horas son para pensar la fotografía. Me gusta. Como él dice, "¿quién coño tiene una luz que le viene de la cabeza como si fuera un puto santo?".
Decía que Miguel acaba siéndole simpático a uno. A pesar de su ridículo pelo pajizo o rojo. O rojo desgastado. A pesar del negro eterno de sus ropas y su aire de perdido. A pesar del tono rosado de su piel. Y, sobre todo, a pesar de su absurdo sentido del humor que te hace reír por la poca gracia que tiene. Lo mismo que su aspecto desaliñado.
He visitado su web. Porque Miguel es un fotógrafo famoso y tiene web. No le creí el primer día, no por lo de famoso; no sé por qué no podía imaginarme sus fotos más allá de fotos de calendario de alguna marca alcohólica. He visto que algunas de sus fotos rayan la suciedad (refiriéndome a la mirada) pero sin llegar a ella. Un equilibrio difícil de conseguir. O te pasas, o te quedas corto. Miguel se queda ahí, justo en el límite. Y eso que él tiene pinta de hacer fotos para camioneros.
En el fondo es un tipo al que le gusta oírse. Habla mucho, de fotografía pero siempre acaba refiriéndose a sí mismo. Dice que está en una época de reflexión, que ha dejado de ganar mucha pasta para hacer un viaje por el mundo de la fotografía y por él mismo. Y me lo creo. Porque es un tarado, en el buen sentido -que ahora le tengo simpatía-. Un loco que vive dentro de una cámara de fotos, rodeado de libros. Se dió cuenta de lo que le faltaba por aprender –aprehender, dijo él-.
La fotografía es tan amplia como queramos y es necesario limitar el área por la que queremos movernos para no volvernos locos. Él lo hizo durante un tiempo y ahora es cuando ha decidido ver no dónde esta su límite sino el de la fotografía en sí. Capaz de dejar tirada a la mujer amada por hacer una foto, Miguel vive por y para la fotografía. Claro que la gente da sorpresas, y Miguel tiene pinta de darlas. No me sería difícil imaginarlo vestido de tirolés en medio de una montaña nevada. Después de todo, tiene pinta de alemán, con su acento de vete tu a saber dónde. Me he enterado de que es catalán.
Y, después de pasar del odio al amor, he de decir que cumplió -con creces- su objetivo. Salí de clase con ganas de retratar el mundo, las personas, de hacerme autorretratos, de limitar mi campo de acción… O de sentarme delante de una foto y observarla.
Ha conseguido lo que ningún profesor de la escuela ha hecho: devolverme la ilusión por tomar fotos. (Dónde la perdí).
Algunas de sus frases: A veces el problema es la comunicación, el exceso de comunicación / ¡¡A la mierrrrda!! / Hay que saber qué fotos no quiere uno hacer / Hay que limitar el estudio porque te vuelves loco (leer, leer) / ¿Y si hablara un rueda? Os imagináis las de kilómetros que habrá hecho… / Estamos en un momento de reflexión sobre este mundo que está hecho un guiñapo / Correr más es pegarse la hostia antes / Más reflexión y menos Cartier-Bresson… Anda, mira, ¡si rima! / Porque el gusto es como el culo, todo el mundo tiene uno / Tu dinero es tan válido como el de otros y lo has ganado haciendo fotos. ¿Habéis probado a llenar el carrito hasta arriba? Pensar en ese día y en que lo has llenado haciendo fotos, te hace pensar que eres la hostia / Es taaaaan funny... / Si no conocéis Nueva York, vuestra vida no está completa
Así es.
Cárceles tailandesas
Hace 1 hora
10 comentarios:
Me encantan los tarados simpaticos! Grises ya hay demasiados. Me das una envidia horripilante, me encantaría aprender todas esas cosas de las que te qjas y maravillas de tu escuela!
Esta genial Mieli :P
Un besazo.
La verdad es que, entre una y otra cosa, había perdido totalmente la ilusión por hacer fotos desde hace unos meses... Nunca me había pasado pero las ganas con las que empecé a hacer el curso desaparecieron y me agobiaba hasta tener que hacer fotos o ir a clase... Hasta la vuelta en septiembre. Ahora, ¡¡feliz!! :-) (Y con más ganas que nunca)
"Correr más es pegarse la hostia antes"...
Me ha gustado esa frase... Con tu permiso y el de Miguel, la diré tres veces para hacerla mía.
Enhorabuena. Siempre es bueno retomar ilusiones perdias!!!!
No hay nada mejor que tener a alguien tan inspirador cerca de uno... pégate mucho a él y déjate contagiar... ¡Pero qué suerte tienes!
Un besazo
No esta mal tener ese tipo de (no se si llamarle) hobbys. Aunque no me gusta la idea de anteponer algo que te gusta tanto a otras cosas que deberían ser mas importantes como la familia por ejemplo. Pero bueno, hay cosas que nos gusta y si lo hacemos bien nos vician. no? algún parrafo me hizo recordar a alguien que conozco que casualmenet se llama como tu. jeje. Y para la fotografía tb hay que tener cierto estilo, ja! y yo cero patatero.
Besos!
Nunca sabes cuando te llega el momento de dar el salto y, justo en ese momento, aparece alguien que te abre los ojos y te inspira para seguir... enhorabuena!!!!!
Un crack, eso es lo que es... doy mi voto a la frase del culo y de la rapidez...
APROVECHA LA VENA FOTÓGRAFA!!!!!!!
parece una muy buena experiencia, muy conveniente.
me ha encantado la descripcion.. creo que ramon, eres un artista o un persona del renacimiento, como suele decir otro tarado simpático de barba y pelo gris que me es familiar ;)
es maravilloso tener profesores que te hacen reaccionar. Me quedo con la frase: el gusto es como el culo, todos tenemos uno.
Es Oriola verdad?
Cuando te entre el agobio de tener que hacer fotos, coge la cámara sin más. Puedes no tener ninguna idea inicial, pero mirando a través de ella comienza la magia.
Un beso.
Sí, es Oriola. :-) Así lo veo yo.
pfff se me ha perdido un comentario que te había hecho. Resumo: que sí, que Miguel es así, estoy contigo. Desde luego que no deja indiferente a nadie, está de vuelta de todo, sobre todo de la fotografía de moda, que a todos nos parece lo más, glamourosa y cool...pero él sabe que tras ese aura se esconde otro mundo distinto.
Hace seis años ya estaba en esa época de reflexión...se ve que le está gustando :D
(menos mal que iba a resumir)
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