Quiero desconocerte y lo digo en serio. Volvería 4 años atrás y no te saludaría a la salida de la presentación, ni te hablaría en la primera fiesta. Y no habría ido a aquel viaje sabiendo que tú ibas a estar ahí. Ni nos habríamos tomado aquel Martini en el bar de la callejuela oscura y llena de sábanas tendidas. Sobre todo no habría ido a aquel viaje.
Te quedaste en aquel año y, años después, hemos retomado. Pero tú eres la misma persona y yo he cambiado. Bastante. Nada que ver con la sonrisa tímida que te lancé la primera vez. Nada que ver con la persona a la que veías con cara de seta cuando estabas llena de humo. Ni rastro de aquella persona que se sonrojaba apenas le decían algo.
O quizá sí. Es evidente que sí. Mucho que ver y a la vez no. Es difícil de explicar, han pasado muchos años y tú reconoces en mí lo que conociste y a la vez no me reconoces. Es difícil explicar y resulta contradictorio. Te quedaste ahí.
Me resulta difícil que la parte del yo tuyo que queda en mí no aflore cuando estoy contigo y a la vez quiero que veas lo distinto que soy. Nada que ver. Y todo. Y así todo parece contradictorio y no entiendes nada y yo tampoco. Ni el de antes ni el de ahora, a cada hora parezco una persona diferente sin coherencia ni hilo de Ariadna que seguir. Complicado. Y no nos entendemos y sí. Como viejos conocidos.
Quiero desconocerte y que tú me desconozcas. En el fondo sigo sonrojándome, ¿sabes? Pero quiero que me reconozcas ahora, sin pensar en aquellos dockers azules que viste aquel primer día, ni esa raya perfectamente trazada en mi pelo.
Me miras con ojos que dicen "sigues siendo el mismo, a pesar de todo". Y puede que sea verdad. Pero sólo cuando estoy contigo.
Cárceles tailandesas
Hace 2 horas
3 comentarios:
Hay cosas que se quedan dentro.
quien sabe
Guau" ;) me ha encantado!
Me he quedado con ganas de más! Que fácil es reconocerse muchas veces en lo que escribes!
Un beso!!!
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