No es que no me guste o que no me apetezca... los cambios siempre me dan pereza. Y no es el trajín de hacer maletas, cambiar de casa... Es siempre el miedo a equivocarse, a perderse cosas buenas y encontrarse con algo diferente a lo que uno se espera; es escuchar a los de tu alrededor -acomodados en sus vidas- que te dicen qué haces loco, algo así como mejor malo conocido... Es el miedo a que lo que te vas a encontrar esté por debajo de las expectativas que te has creado, de lo que te has imaginado.
No sé si es malo acomodarse, pero ya habrá tiempo para ello, ¿será tarde?
No sé si es bueno cambiar tanto, pero siempre se puede desandar lo andado, ¿será tarde?
Un día preso en Guantánamo
Hace 2 horas
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